Tal y como lo hacen las empresas, las familias deben presupuestar sus gastos anuales, en especial los compromisos de marzo. El propósito de esto será definir objetivos y metas que se desea alcanzar en un período particular. Para dicho fin se deben determinar los ingresos y egresos de la familia. Al tener claridad, con al menos un año de anticipación, se pueden reconocer los gastos a asumir y los ingresos con los que la persona contará.
Sobre cómo las familias chilenas afrontan los egresos de marzo y cuáles serían las mejores estrategias para aplicar, fue consultado el académico-investigador de la Universidad Autónoma de Chile, sede Talca, Dr. Guillermo Riquelme, quien reconoció que este es uno de los períodos de mayor gasto durante el año, asociados al pago de contribuciones, patentes, útiles escolares, matriculas y otros. Sin embargo, al ser gastos recurrentes, pueden ser proyectados en el año.
“De lo contrario la familia tendrá un déficit de ingresos respecto del gasto a realizar. Por ello, se aconseja tener una adecuada planificación, de al menos un año…Quizás lo más complejo de esto sea enfrentar estos mayores gastos de marzo, después de un descanso vacacional que habitualmente también reporta mayores gastos”, aseveró.
Si esto ya no se ha cumplido, lo que podría ocasionar un déficit del presupuesto familiar, se tendrá que recurrir a fuentes de financiamiento que representan algún tipo de deuda, ya sea tarjeta de crédito o créditos de consumo directo.
No obstante, es importante tener en cuenta que todo financiamiento representa un costo adicional, por tanto, dicho costo tendrá un efecto en el presupuesto futuro y en las próximas planificaciones, lo que Riquelme describió que sería como “apagar un incendio con más bencina, sabiendo, por lo demás, lo caro que está la bencina”.
Los créditos de consumo más caros y avances en efectivo pueden llegar a tasas cercanas al 40% anual, sobre el 3% mensual, cuyas cuotas comúnmente se pagan junto a deudas anteriores y gastos corrientes del hogar, lo cual hace muy probable caer en morosidad, que consecuentemente implica mayores gastos por intereses y cobranzas.
“En la medida que se pueda optar por otro tipo de financiamiento, es preferible hacerlo. Como elegir el uso de algún ahorro familiar, a fin de cubrir este gasto extraordinario y equilibrar las finanzas
familiares… También se puede evaluar si hay algún tipo de activos o bien que la familia pueda liquidar o vender y obtener los recursos excepcionales. Así se evitaría el costo adicional de los intereses asociados al financiamiento de la tarjeta de crédito u otro instrumento similar”, acotó.
También aconsejó consolidar las deudas con el banco en un único monto, a fin de mantener mayor orden en el pago.
Por lo general las deudas con el sistema financiero, como los créditos de consumo, tienden a ser menos costosas que otros instrumentos como el financiamiento por tarjeta de crédito o avance en efectivo.
OTROS APOYOS
Respecto de los bonos que entrega el Estado durante el período de marzo, dados los gastos extraordinarios, señaló que “ha sido una política exitosa para palear los gastos del mes. Pero no logra cubrir las necesidades de las personas, dado el aumento del costo de la vida”.
Destacó iniciativas similares por parte de los empleadores, complementarias, que igualmente aportan a los gastos del mes, como la compra de útiles escolares.
Si bien esto no reemplaza las funciones de la planificación familiar, representa un apoyo.
Por tanto, es importante planificarse para anticipar la generación de recursos frente a estos mayores gastos.