No es muy alentador el panorama para este verano, según expertos durante los meses de enero y febrero se esperan temperaturas de 40° o más en varias zonas del país. Elevadas cifras que traen como una de sus consecuencias, las condiciones ideales para que se propaguen los incendios forestales, tal como ha sucedido en el último tiempo.
Y mientras las autoridades regionales, nacionales y la Corporación Nacional Forestal (CONAF) prepara a sus brigadistas, para realizar todas las acciones preventivas y de mitigación, un equipo perteneciente al Maule se capacitó en el uso de tecnología que permite combatir de mejor forma los incendios forestales.
La Gobernadora Regional, Cristina Bravo, señaló que “quiero destacar este proyecto realizado por la Universidad Católica del Maule y financiado a través del Gobierno Regional del Maule, en la región hemos vivido de cerca los incendios forestales y es importante que nos podamos preparar con anticipación, es por eso por lo que esta iniciativa permitirá que funcionarios de CONAF se puedan preparar de mejor manera para la prevención de los incendios forestales con un software de última tecnología”.
Esta alianza con la Universidad Católica del Maule y en particular con el académico Dr. Antonio Cabrera, se da en el marco de un proyecto FIC, financiado por el Gobierno Regional del Maule adjudicado en el 2020 llamado “Transferencia modelos de combustible con radar para prevención y manejo de incendios forestales”, que les permite a los funcionarios de CONAF actualizar la cartografía de modelos de combustible con el uso de fotografías satelitales, radar o multiespectral.
El director del proyecto explicó que “CONAF a la hora de afrontar un incendio maneja un software de predicción del comportamiento del incendio. Uno de los datos que necesita este software es el modelo de combustible, es decir conocer qué se está quemando, ya que el procedimiento para combatir el fuego no es siempre el mismo. No es lo mismo un bosque de pinos que un cultivo agrícola”, ejemplificó el Dr. Cabrera.
Algo que para el científico es relevante ya que tal como lo explicó, CONAF dispone de sus recursos en función de la información entregada por el software, sin embargo, la cartografía del modelo de combustible que utilizan se basa en el catastro que se realizó el año 2016, por lo que no está actualizada.
“Lo que queremos es que cada temporada CONAF pueda actualizar su cartografía de combustible usando imágenes satelitales y de sensores radar, lo que permitirá que el trabajo de ellos sea más eficiente, económico y rápido”, sostuvo el Dr. Cabrera investigador del Centro de Investigación de Estudios Avanzados de la UCM, recalcando en que esto también puede ser muy eficaz en la prevención.
“Útil en distintas áreas”
Uno de los funcionarios de CONAF que participó en esta capacitación es Fernando Ramírez Fuentes, jefe de la sección gestión forestal suelo y agua, quien valoró el aprendizaje y las oportunidades de saber manejar las fotografías satelitales, ya sea por radar o multiespectrales.
“Esta herramienta es muy importante porque nos permite ir evaluando cómo a través del tiempo se van modificando los combustibles y coberturas vegetacionales”, comenzó sosteniendo.
Algo en lo que hizo hincapié también es que la herramienta puede ser muy útil para distintas áreas: “como cálculos de severidad de incendios forestales, también el área de forestación viendo zonas donde se ha cortado vegetación, zonas que podrían haber disminuido su cobertura vegetal, a veces por efectos del cambio climático y que es necesario reforzar con nuestros programas de plantación reforestación y plantación de vegetación que tiene CONAF”, afirmó.
Finalmente, Fernando Ramírez dijo que este conocimiento transferido por la Universidad Católica del Maule “permite hacer la evaluación de los programas, haciendo la comparación y viendo los progresos de los planes y así ver si se van cumpliendo los objetivos de la intervención. Además, deja ver cómo la actividad humana va degradando los ecosistemas, ya sea por acción del fuego o por acción directa de corte”, concluyó.