La fibromialgia es una enfermedad crónica caracterizada por dolor musculoesquelético generalizado,
que afecta al 3,3% de la población en Chile, siendo más frecuente en mujeres mayores de 40 años. Para
generar conciencia sobre esta compleja y dolorosa enfermedad, y visibilizar a quienes la padecen, cada
12 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Fibromialgia.
El Dr. Fernando Figueroa, reumatólogo de Clínica Universidad de los Andes, explica que “el principal
desafío de esta enfermedad es hacerse cargo tanto del cuadro doloroso como de la multiplicidad de
síntomas asociados. Si bien el diagnóstico no es difícil, lo que aporta complejidad es la pesquisa de
patologías asociadas o condiciones subyacentes.”
Los pacientes suelen experimentar dolor en diversas zonas del cuerpo y múltiples síntomas, sin que
exista un agente causal externo conocido, ni una prueba de laboratorio que permita confirmarlo. Esta
situación genera, a veces, escepticismo entre los tratantes y el entorno de los pacientes.
Aunque la causa exacta de la fibromialgia aún no está clara, se sabe que existen factores genéticos y
biográficos predisponentes. La condición se caracteriza por un fenómeno de “amplificación del dolor”,
en respuesta a un proceso denominado sensibilización del sistema nervioso central. Esto también influye
en la forma en que se perciben otras patologías coexistentes, como el lumbago, el hombro doloroso o la
artrosis de rodilla.
Síntomas más frecuentes:
∙Insomnio
∙Sensación de no haber descansado al despertar
∙Fatiga
∙Migraña
∙Síndrome de colon irritable
∙Dificultades de memoria
∙Trastornos del ánimo
∙Disautonomía
∙Bruxismo
En el proceso diagnóstico, a menudo es necesario descartar otras patologías causantes de dolor, como
artritis reumatoide, pelviespondiloartritis, lupus eritematoso sistémico, hipotiroidismo, depresión o
apnea obstructiva del sueño.
El Dr. Figueroa advierte que “el tratamiento debe tener un enfoque integral, personalizado y
multidisciplinario, adaptado a cada paciente. El objetivo es aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida, facilitando así su reinserción en las actividades cotidianas.” En ese sentido, cobra cada vez mayor
relevancia mantener niveles adecuados de actividad física regular.
Abordaje terapéutico
∙Tratamiento farmacológico: Incluye el uso de antidepresivos, analgésicos y anticonvulsivos,
orientados a reducir el dolor y favorecer el descanso nocturno.
∙Tratamiento no farmacológico: Se recomienda realizar actividad física aeróbica suave,
complementada con ejercicios de fuerza y flexibilidad. También es fundamental abordar
aspectos psicológicos que puedan intensificar la percepción del dolor, mediante terapias
cognitivas y apoyo emocional.
“En el Día Mundial de la Fibromialgia, hacemos un llamado a seguir visibilizando esta enfermedad y
avanzar hacia una atención médica más empática, oportuna y efectiva para quienes la enfrentan día a
día”, concluye el Dr. Fernando Figueroa.