Que el Código Penal chileno funcione coordinada y consistentemente entre sus artículos y sanciones, es el desafío que se plantea en la reforma de este documento legal, de acuerdo al académico de la Universidad de Talca y doctor en Derecho, Francisco Maldonado.
El profesional detalló algunos aspectos importantes a desarrollar, considerando el anuncio efectuado por el Gobierno, sobre un proyecto de ley que creará un nuevo Código Penal para Chile.
El especialista, quien además es director del Magíster en Derecho Penal de la UTalca, explicó que “un proceso de codificación debe regular todas las instituciones a través de las cuales funciona el Derecho Penal de forma simultánea, para que todas apunten a un mismo norte y trabajen con el mismo objetivo”.
El experto, precisó que, debido a que este documento legal data desde 1874, “a estas alturas, y luego de más de 100 años de este proceder, el conjunto es absolutamente inorgánico y descoordinado”.
“Hemos tenido en estos 140 años unos 3 ó 4 momentos en los cuales se han reformulado partes muy importantes del Código, principalmente a través de leyes especiales. Entonces, entre esos momentos, y otras reformas más puntuales, tenemos un código muy viejo, pero también mucha legislación ad-hoc que se ha ido introduciendo y que no está, necesariamente, en sintonía con las demás”, detalló el académico.
Proporcionalidad en los delitos
De acuerdo a Maldonado, el Código Penal busca como fin último disuadir, intimidar y sancionar a quienes cometen ciertos delitos, por ello si existen mensajes contradictorios, el nivel de eficacia baja.
“Por ejemplo, en los últimos años se han ido elevando las condenas para cierto tipo de delitos, convencidos de que ese es el único camino para prevenirlos, consiguiendo solamente incentivar ilícitos de mayor gravedad, en cuanto se equiparan los costos”, explicó.
Como resultado, argumentó el penalista, Chile registra casos en los que se pierde la proporcionalidad y se envían mensajes contradictorios a quienes se enfrentan a la decisión de delinquir o no.
“En la actualidad hay muchas personas que toman como opción el delinquir por diversas razones, incluyendo la falta de oportunidades reales de insertarse socialmente, por ello, dichos ciudadanos leen desde su prisma los mensajes de la legislación penal. Si este factor no se considera, el resultado evidentemente será negativo o ineficaz”, comentó el experto.
Frente a estas inconsistencias, el profesor Maldonado recordó que, en los dos últimos años, efectivamente han aumentado los delitos de robo con homicidios en nuestro país, lo que es una muestra gráfica de que no basta con la decisión de subir las penas.
Por último, el experto añadió que reformular el Código también involucra aspectos valóricos y sensibilidades sociales que van evolucionando en el tiempo. “Por ejemplo, el valor de la vida, la pena de muerte, el valor de la propiedad privada, el patrimonio o el resguardo de los bienes públicos, son percepciones y valores colectivos que van cambiando con el tiempo”, señaló.