El OTIC de la Cámara Chilena de la Construcción en conjunto con el Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Pontificia Universidad Católica de Chile presentaron el estudio: “Competencias, demanda por capacitación y búsqueda de empleo en un mercado laboral en recuperación”.
El informe, elaborado por ambas instituciones y con el apoyo de Sence, busca aportar con evidencia rigurosa datos sobre el mercado laboral permitiendo generar información relevante para la política pública de capacitación y empleo.
Sus tres principales líneas de trabajo fueron primero, dimensionar y caracterizar el acceso y el uso de internet y computadores en la población en edad de trabajar, así como las competencias digitales y las necesidades de capacitación laboral; segundo, dimensionar y caracterizar los requerimientos de reconversión laboral y la consiguiente demanda por capacitación; y por último, caracterizar los mecanismos de búsqueda de empleo utilizados actualmente por la población sin empleo, en el marco de un mercado laboral en recuperación y aun en medio de la pandemia.
El estudio se basa en un levantamiento de información realizado en base a tres encuestas representativas a nivel nacional con cobertura del 98% de la población del país. Las muestras ascendieron a 2.940, 2.157 y 2.434 hogares, con información sobre 7.922, 5.621 y 6.395 personas, respectivamente.Para obtener los datos, se utilizó el método de encuesta telefónica. A continuación se revelan los principales resultados.
El gerente general del OTIC de la Cámara Chilena de la Construcción, José Esteban Garay, destaca que “los datos reflejan una oportunidad a partir de la positiva valoración que tiene la formación laboral entre la población, donde el 70% considera que ésta le ha servido en gran medida y un 87% cree que tendrá efectos importantes en su desempeño laboral. No obstante, aún es bajo el porcentaje de personas que se ha capacitado a lo largo de su trayectoria laboral, y existe una marcada demanda por adquirir habilidades relacionadas a la incorporación de tecnología en los procesos productivos, por lo que se refuerza la necesidad de hacer más y mejor capacitación enfocada en el upskilling y reskilling de la población para enfrentar el mundo laboral post pandemia».
Por su parte, el director del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la UC, David Bravo, señaló que «este estudio presenta elementos relevantes que podrían permitir focalizar el esfuerzo fiscal en materia de capacitación y desarrollo de competencias en el grupo de personas que tienen el mayor rezago en la recuperación de los empleos respecto de la situación pre-pandemia, y que enfrentan los mayores riesgos de desplazamiento en los próximos años en el mercado laboral».
En la misma línea, la ministra del Trabajo y Previsión Social, Jeannette Jara, valoró el encuentro: “Instancias como esta son muy importantes, donde el sector público y el sector privado, además de la academia, levantan este estudio para poder ver cómo debe adaptarse el mercado del trabajo, considerando la automatización que está experimentando el país y la necesidad de dar un salto en productividad, que el Presidente Gabriel Boric ha señalado como una de las prioridades del Gobierno y que es parte de uno de nuestros esfuerzos”.
La ministra agregó además que “esperamos que de aquí se saquen importantes medidas que tienen que ver, por ejemplo, con el acceso a la capacitación de los sectores de los estratos socioeconómicos más bajos del país, porque hoy día capacitarse es un imperativo para todas y todos los trabajadores, no solamente para aquellos que tienen los más altos niveles de estudio o que pertenecen al quintil más rico, que es lo que nos muestran los datos, sino que, precisamente, para todos los trabajadores”.
En tanto, Romanina Morales, directora nacional de SENCE, destacó los resultados de este estudio, en especial en materia de capacitación, donde se revela que «no necesariamente debemos formarnos en algo técnico. Que estudiemos la matemática, el lenguaje, etc. Yo creo que en nuestra sociedad, de aquí a futuro, debemos capacitarnos en resolución de conflictos, en innovación, en la capacidad de adaptabilidad, en trabajo en equipo. Obviamente, esas son herramientas que debemos adquirir».
Nuevos datos sobre el alcance y uso del internet
En primera instancia, el informe da cuenta que el mercado laboral se ha visto afectado por la pandemia provocada por COVID 19, acelerando además procesos que ya venían avanzando, referidos a la inclusión cada vez mayor de las nuevas tecnologías de la información, automatización y la digitalización de procesos.
En esa línea, se detalla que la cobertura de Internet en Chile alcanza al 89% de los hogares, mostrando un importante incremento respecto de la situación pre-pandemia. El acceso es menor en las zonas rurales y en los hogares de menores ingresos y en los grupos de 65 años y más. De manera novedosa, el estudio encontró que 22% de los hogares con acceso tienen una señal de internet de mala calidad. Por lo tanto se concluye que “en el país casi un 31% de los hogares tiene problemas de acceso, que se traducen tanto en no tener acceso a internet o bien tener un acceso de mala calidad”.
Con respecto a los usos que se hacen de Internet, el estudio detalla que la mayoría de las personas lo usa para comunicarse, entretenerse e informarse. Un poco más de un tercio de la población la ocupa para trabajar y un porcentaje menor, para buscar trabajo (14%). «En línea con lo anterior y quizás por el escenario provocado por la pandemia, que en cierta medida obligó a gran parte de la población a comunicarse solo a través de dispositivos digitales, es que se observa que casi la totalidad de la población señala que es muy fácil comunicarse por WhatsApp (94%), realizar videollamadas (86%) y realizar acciones bancarias (82%)».
Además, el estudio enfatiza en que el 18% de la población señala no manejar Internet y las nuevas tecnologías, y un 36% se evalúa en nivel básico y en mismo porcentaje, nivel avanzado. «Solo un 6,6% se autoevalúa como experto. Entre quienes pertenecen al quintil de menor ingresos un 29% señala que no tiene ningún manejo, mientras que solo el 7% del quintil de mayores ingresos expresa esto. Se preguntó a quienes expresan no manejar las nuevas tecnologías e Internet si participarían de un curso gratuito, obteniéndose que un 30% dijo que sí lo haría».
La valoración positiva de la capacitación
Por otra parte, el estudio revela que, «el 45% de las personas de 18 años y más ha recibido capacitación laboral alguna vez en su vida. Mientras que, entre los hombres, el 50,7% la ha recibido, en el caso de las mujeres el porcentaje solo llega al 41,3%». En esa línea, en el texto se revela que «más de la mitad de quienes han recibido capacitación laboral, ha sido orientada a competencias técnicas específicas (56,2%), una de cada cuatro ha recibido capacitación en otros temas, un 10,6% en nuevas formas de entregar bienes y servicios, 9,2% sobre liderazgo y un 8,4% sobre el uso de nuevas tecnologías». Y agrega que, «el 60% se capacitó en forma presencial, el 30% fue online y un 9% en modalidad híbrida».
Además, el estudio señala que, en los últimos 5 años, «el 27,1% ha recibido capacitación, nuevamente con una brecha de género, en donde 31,8% de los hombres ha recibido y las mujeres solo el 24%. Se observa gran brecha respecto de la edad, los grupos que más han recibido capacitación se encuentran entre los 25-34 años (45,8%) y los 35-44 años (46,5%)”.
De igual manera, el estudio muestra grandes brechas referidas al ingreso del hogar. «Mientras que el 45,8% de las personas del quintil de mayores ingresos recibió capacitación laboral en los últimos 5 años, solo el 12,9% de las personas del primer quintil lo hizo. Otro punto para destacar es que las personas migrantes recibieron en mayor porcentaje capacitación laboral en este periodo señalado que las personas de origen nacional, 38,3% y 25,7% respectivamente», se lee en el informe.
La situación de la búsqueda de empleo
Con respecto a la dimensión que tiene que ver con la búsqueda de empleo, el director del Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales David Bravo indicó que “uno de los rasgos característicos del mercado laboral desde el inicio de la pandemia, junco con la fuerte caída en el empleo, ha sido una caída paralela en la búsqueda de trabajo de quienes perdieron el empleo. De hecho, en los últimos datos entregados en el día de ayer por el INE, la tasa de participación laboral asciende a 61%, tasa aún inferior a la de antes de la pandemia (63,1%)”, es decir, ha disminuído la búsqueda de trabajo a lo largo de la pandemia.
Se destaca además que entre las principales razones señaladas para la no búsqueda de trabajo, son los estudios o la situación de invalidez. No obstante, en el caso de las mujeres, entre las principales razones señalan que «se encuentran al cuidado de niños y niñas, el de enfermos y otras labores familiares, abarcando un 25% de las mujeres inactivas, mientras que solo el 1% de los hombres inactivos las nombran como razones principales».
«A este grupo de mujeres que se encuentran inactivas porque cuidan a niños y niñas, se les preguntó si accederían a participar del mundo laboral en el caso de que una institución se quedara al cuidado de los niños y niñas y un 37% estuvo dispuesta», se lee en el reporte.
El estudio también detalla que, en referencia a las acciones realizadas en las últimas cuatro semanas por las personas para buscar y postular a trabajos, «la mayoría de los desocupados envió su currículum a una empresa o institución; revisó y contestó anuncios en diarios e internet y, en tercer lugar, el mecanismo más nombrado fue el de actualizar su currículum publicado en internet».
Otro punto que enfatiza el estudio, es que que también, entre la población ocupada, «quienes estarían en mayor proporción dispuestos a aceptar una oferta de trabajo son personas inmigrantes (55,5%), mientras que, en la población de origen nacional, un poco más de un tercio solamente (39%)».
Asimismo, el informe detalla que “más de la mitad de la población desocupada (51%) señala que es muy difícil encontrar un buen empleo”. Las razones más nombradas –se explica en el reporte– que estarían haciendo más difícil el tener un buen trabajo es la edad, la falta de experiencia y la falta de certificados o licencias de especialización y conocimientos.
Concluyendo, el reporte señala que «de los datos levantados, se desprende en forma general que existe un escenario en el cual es posible trabajar en la elaboración de planes y políticas de capacitación adecuados según las necesidades del mercado laboral y de las personas».