La fama del palo negro es por sus diversas propiedades benéficas para el organismo que provocan una alta demanda por el producto. Distintas empresas lo cultivan y comercializan, sin embargo, lo hacen utilizando técnicas de manejo que no son las adecuadas para la especie. Identificando ésta y otras necesidades en relación con el cultivo del palo negro, un equipo de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la Universidad Austral de Chile (AUCh) generó un proyecto apoyado por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA).
“Planteamos un proyecto para definir condiciones óptimas de la especie para el manejo de producción de biomasa, ya que desde el punto de vista agronómico existe muy poco estudio de la planta”, indicó Felipe Leiva, ingeniero forestal a cargo del proyecto.
Uno de los descubrimientos es que las plantas que se han quemado han vuelto a brotar cuando las condiciones son favorables para su desarrollo, en primavera y aún hay disponibilidad de agua en el suelo. “Debido a que la raíz no muere, estas plantas son capaces de rebrotar. Es algo que no es frecuentemente en otras especies. Como ingeniero forestal, sé que si una plantación de eucalipto recién establecida por ejemplo sufre daño por heladas y se necrosa, no tiene un rebrote posterior. Sin embargo, estas plantas resisten incluso a -2° a campo abierto”.
Beneficios
El palo negro es un arbusto nativo del sur de Chile que crece entre las regiones del Maule y Los Lagos. En medicina popular se lo ha utilizado para tratar afecciones estomacales y para dolor en el aparato reproductor femenino. También se usa en la medicina mapuche como agente estimulante, carminativo y para el tratamiento de desórdenes gástricos. E incluso, E ha experimentado en los últimos años una alta demanda a nivel nacional debido a la comprobación de su actividad anticancerígena y antidiabética
“Por los diferentes beneficios del palo negro FIA decide apoyar un paquete tecnológico de cultivo, manejo y producción a fin de aumentar la oferta sostenible de materia prima para la agroindustria exportadora. Se busca, entre otros objetivos, seleccionar y propagar genotipos aptos para el cultivo comercial, determinar la respuesta productiva de la especie a distintas técnicas de cultivo y manejo sostenible para aumentar la oferta de materia prima agroindustrial; y por último, transferir todos dicha tecnología a las y los agricultores de la zona”, dice el director ejecutivo de FIA, Álvaro Eyzaguirre.
Resultados de sobrevivencia
Por el momento, Felipe Leiva puede afirmar qué época es la mejor para plantar palo negro de acuerdo con la zona. “Para las zonas desde Temuco hasta La Unión, la época de plantación con mejores resultados de sobrevivencia es entre la segunda quincena de septiembre y fines de octubre. Para la región de Los Lagos, desde Purranque al sur, la mejor época es desde fines de octubre a la primera quincena de diciembre, ya que es una zona más fría y las heladas, que son frecuentes en septiembre y octubre en la zona, provocan que el palo negro se queme completamente”, explicó.
“Esta planta es de semi sombra, crece bajo la protección de un dosel de bosque y no está ambientada a cambios extremos de temperatura. No le gustan las heladas ni tampoco soporta bien los golpes de sol. Por eso un tratamiento de la batería de ensayos contempla cobertura con mallas rachel para ver las diferencias a campo abierto o con cierto nivel de protección a la planta”, señaló.
Además, Leiva comentó que actualmente el equipo se encuentra estableciendo nuevos ensayos en las zonas de Temuco y Puerto Varas a fin de generar una batería significativa de resultados que será difundida a todo quien esté interesado a través de un seminario.
En cuanto a su comportamiento en los meses de verano, Leiva comentó, a partir de observaciones preliminares, que no tolera sequías prolongadas a campo abierto.
Mejoramiento genético
Otro de los objetivos del proyecto es la selección y mejoramiento genético de esta especie, área a cargo del académico de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la UACh, Fernando Droppelmann.
“Nos propusimos seleccionar 120 genotipos que tuvieran las mejores características de crecimiento y resistencia. Ésta es una etapa cumplida óptimamente. A partir de este material obtendremos mini estacas que replicaremos en invernadero para masificarlas y establecer ensayos para determinar cuáles son los mejores”, afirmó y agregó que pronto contarán con 120 clones en invernadero listos para ser propagados.
Este trabajo de laboratorio ya ha avanzado en sus dos primeras etapas y también se está terminando de ajustar el método de extracción, es decir, cómo se extraerá de las plantas la leptocarpina para determinar las concentraciones que cada uno de estos individuos tiene. La tarea va en buen camino, según lo indicado por el profesional.
Este proyecto de 4 años finalizará en noviembre del año 2023 con la difusión y transferencia de sus resultados a través de seminarios y manuales disponibles para todo público, además de los talleres a los socios beneficiarios que se han realizado durante el desarrollo del proyecto FIA.