La llegada de marzo suele estar acompañada de diversas exigencias y cambios que pueden generar ansiedad en muchas personas. Es importante reconocer que el estrés afecta a la población mundial en diversas dimensiones, demandando una adaptación constante a los retos laborales, sociales y emocionales impuestos por la vida moderna.
“Desde hace décadas, se ha estudiado la estrecha relación entre el estrés y la alimentación. Hans Selye, en la década de 1930, lo definió como una respuesta inespecífica del cuerpo a cualquier demanda la cual desencadena cambios físicos, biológicos y hormonales que pueden influir significativamente en nuestros hábitos alimenticios, como en el consumo excesivo de alimentos ricos en grasas, azúcares y calorías. Esta tendencia puede llevar al sobrepeso, la obesidad y aumentar el riesgo de desarrollar diversas enfermedades crónicas, ya sea cardiovasculares, diabetes o trastornos metabólicos, entre otros”, explica Chris Pefaur, nutricionista del Laboratorio Nutrapharm.
Es importante destacar que el estrés puede alterar el apetito, generando una relación disfuncional con la comida. Muchas personas recurren a la alimentación como una forma de aliviar temporalmente la ansiedad, lo que puede llevar a patrones alimenticios poco saludables y a una imagen distorsionada del cuerpo.
“En este proceso de transición hacia una vida más saludable, es posible contar con el apoyo de productos naturales como Grelix y Okrafit. Ambos han demostrado su eficacia en estudios clínicos y son seguros para su consumo. Grelix ayuda a controlar las ganas de comer alimentos ricos en carbohidratos, mientras que Okrafit, gracias a su efecto mecánico, capta la grasa de los alimentos que se acaban de consumir, para eliminarlos de manera natural y sin efectos indeseados”, comenta Pefaur.
Una alimentación equilibrada y una mente sana son fundamentales para manejar la ansiedad en este tipo de circunstancias. Es importante adoptar hábitos alimenticios saludables, ricos en frutas, verduras y nutrientes esenciales, y evitar el consumo excesivo de alimentos procesados y bebidas azucaradas. Además, existen estrategias efectivas para gestionar el estrés y mejorar la relación con la comida, como el mindful eating y el apoyo de profesionales de la salud especializados en nutrición y salud mental.