Con un nuevo escenario social y económico, se encontrarán las personas mayores de 60 años, que este 2023 tengan que realizar sus trámites de jubilación para llevar a cabo el cobro de su pensión.
Al respecto, desde el 1 de julio comenzarán a regir las nuevas tablas de mortalidad (2023 a 2029), la cuál se presenta con algunas variaciones en comparación a la última publicada en el 2016. En este sentido, se considera una expectativa máxima de vida hasta los 110 años, entre otros aspectos.
El nuevo cálculo de la pensión que se realiza en base a las tablas de mortalidad, repercutirá en el monto de la pensión de las personas mayores afiliadas al Sistema Previsional, ya que se estima que las mujeres vivirán en promedio hasta los 90,7 años y los hombres hasta los 86, 5 años pudiendo jubilar las mujeres a los 60 años y los hombres a los 65.
“El cálculo no es equitativo porque se parte de la base que las mujeres tienen mayores expectativas de vida que los hombres y por lo tanto en la práctica se ha producido una especie de castigo en el sentido de que se espera que las mujeres vivan más, sus ahorros deben durarle más tiempo y por lo tanto sus retiros previsionales son más bajos a diferencia de los hombres que tienen expectativas de vida de menos años, la plata les debe durar menos tiempo, por tanto pueden hacer retiros más altos”, comentó María Soledad Jofré, abogada, profesora de Derecho del Trabajo y Seguridad Social, integrante del Centro Interuniversitario de Envejecimiento Saludable (CIES) y académica de la Universidad de Talca.
Otro aspecto a considerar es la brecha existente en los sueldos que reciben hombres y mujeres.
“En general los hombres ganan más y tienen mayor remuneración, por tanto, su capacidad de ahorro siempre va a ser más alta que el de las mujeres y por tanto el sistema parte en base a que las mujeres tienen menos capacidad de ahorro por sus menores remuneraciones y eso se va a traducir que a futuro esas pensiones, probablemente van a ser más bajas”, agregó la experta.
Nuevo cálculo
En la nueva tabla de mortalidad, los hombres tienen un aumento de 6 meses en la expectativa de vida y en el caso de las mujeres una disminución de cerca de 4,8 meses.
“Lo que hace esta nueva tabla de mortalidad a partir de julio es suavizar o modificar este impacto que tiene que las mujeres viven más que los hombres y se adecuaron un poco las expectativas de vida rebajando un poco el de las mujeres y subiendo la de los hombres en meses y eso en términos prácticos se va a ver reflejado en que con estas nuevas tablas de mortalidad los hombres van a recibir un poco menos de lo que recibían con las tablas vigentes y las mujeres van a recibir un poco más porque se les bajó la expectativa de vida según esta nueva tabla”, comentó.
¿Qué hacer?
Según la académica un aspecto fundamental es la educación financiera para tener más conciencia sobre el dinero que la persona ahorra y destina para su pensión, ya que no se pueden realizar más cambios.
“En cuánto al planteamiento de cómo sacarle partido a la pensión, lamentablemente es un sistema al cuál estamos todos afiliados, no hay otra opción y es un sistema difícil de comprender, de hecho en las últimas reformas que se han llevado a cabo y las propuestas legislativas que se han planteado, el tema de la educación previsional es súper potente y necesario, en el sentido de que muchas veces las personas no saben, no tienen los elementos técnicos para manejar su fondos previsionales de manera de incrementar sus ahorros”, aseguro.
Los trabajadores y trabajadoras pueden ingresar la solicitud de pensión de vejez, a través del Instituto de Previsión Social (IPS) o directamente en la AFP a la que están afiliados. Una vez recepcionada la documentación, el IPS la envía a la AFP para que este organismo proceda con el trámite y emita el dictamen correspondiente.