Se acerca el Día Mundial del Sueño, el cual es celebrado este sábado 19 de marzo. La conmemoración busca destacar los beneficios que tiene el descanso reparador y alertar a la sociedad sobre los problemas relacionados con los trastornos del sueño, entre otros objetivos.
En este sentido, dormir bien es fundamental para la salud, ya que impacta el comportamiento humano de manera positiva o negativa.
“Tener una buena calidad de sueño repercute en los aspectos de salud mental, física y calidad de vida en general”, comentó Bárbara Letelier, psicóloga y asesora curricular del Proyecto de Formación Inicial Docente (FID) de la Universidad Católica del Maule (UCM).
Al respecto, es necesario adquirir hábitos de vida que fomenten la calidad del sueño, especialmente los estudiantes que están comenzando su año académico presencial, ya que requieren una alta concentración y energía física, además de la atención necesaria para integrar de manera adecuada los aprendizajes.
“Dormir permite que la persona al otro día pueda retomar actividades y enfrentar desafíos cognitivos y físicos, entonces en ese sentido es un circulo entre el aprendizaje y la etapa de descanso, ya que permite que nuevamente se puedan generar instancias de aprendizajes porque se requiere atención, memoria, planificación, ejercitación y para eso es fundamental el descanso”, comentó Nancy Lepe, doctora en Psicología, profesora de Educación Especial y Diferenciada y coordinadora académica del Proyecto FID de la UCM.
“El sueño juega un rol esencial en los procesos de memoria, atención y concentración, que son muy importantes en los estudiantes y en sus procesos de aprendizaje”, comentó Letelier.
Por consiguiente, si se busca mejorar el rendimiento escolar, académico o laboral, un aspecto primordial que se debe cuidar son las horas de sueño y su calidad.
Efectos de dormir mal
La disminución en el tiempo de sueño, además de una deficiente calidad, repercute en el estudio o en cualquier ámbito, ya que la persona se encuentra más cansada, entre otros comportamientos.
“Falta de atención, por tanto, la velocidad de comprensión baja significativamente ante cualquier estimulo, desconexión del contexto, ya que, al presentarse episodios de somnolencia, el individuo se desconecta de la clase, conductas agresivas, ansiedad y finalmente reprobación de asignaturas”, comentó Omaira Golcheidt, doctora en Ciencias de la Educación y asesora curricular del Proyecto FID de la UCM.
Ante este escenario, la académica comentó que para mejorar el rendimiento académico “es necesario revisar si realmente tenemos una buena higiene del sueño y hacernos una autoevaluación que nos ayudaría a determinar, si realmente estamos durmiendo lo necesario”, enfatizó.
Recomendaciones
Existen varias recomendaciones que podrían servir para mejorar la calidad del sueño. La mayoría de ellas, están relacionadas con hábitos saludables.
“Evitar el uso de internet o pantallas hasta altas horas de la noche y antes de dormir, el consumir alimentos o bebidas estimulantes antes de la hora del sueño, planificar los tiempos, lo que implica destinar las horas necesarias para dormir, así como no tomar siestas muy largas en las tardes, organizar los espacios de estudio, lo que conlleva evitar estudiar acostado”, aseguró Letelier.