El invierno, el frío y la escasa luz solar generan en muchas personas sensaciones de desánimo, disminuyendo su bienestar mal, por ello un grupo de especialistas de la Universidad de Talca entregaron recomendaciones para evitar estos cuadros que pueden llegar hasta una depresión estacional.
Nadia Ramos, académica de la Facultad de Psicología de la UTalca, comentó que, existen algunos estudios que demuestran que el ánimo decae en los días que hay más oscuridad. “Esto quiere decir que la luz tiene una influencia positiva en nuestro estado de ánimo”, precisó.
Por ello, la profesora aconsejó buscar quehaceres que nos ayuden a estar más activos y expuestos a la luz del sol. “Salir a caminar, y a realizar actividades al exterior. Además, realizar actividades distintas al interior del hogar usando la creatividad, como jugar juegos de mesa, competir en juegos grupales, ver una película y luego comentarla en conjunto. Actividades que incluyan a la familia”, sugirió.
Según la psicóloga, también es recomendable aprovechar los momentos para generar actividades sociales y que sean de día. “Salir y visitar a las personas que nos hacen bien, para ayudarnos a mantener y mejorar nuestro estado de ánimo”, recomendó.
La académica advirtió que el objetivo final es evitar bajones estacionales, pero que hay que diferenciar entre decaimiento y un estado más complejo.
“Se han detectado depresiones que están asociadas a cambios de luz, pero es importante entender que nuestro estado de ánimo se ve afectado por esta cantidad de luminosidad, pero si nos sentimos más decaídos, no significa necesariamente que estemos enfermos. Lo importante es hacernos caso, y recordar que en esta época tenemos tendencia a sentir un poco más de decaimiento, pero es normal”, aseguró.
Luz y aire
En este mismo sentido, Felipe Figueroa, psicólogo del Programa de Admisión Estudiantil (PACE) de la UTalca, señaló que, “durante el invierno, el ciclo de sueño/vigilia se ve afectado, ya que los días duran menos, hay escaso calor y luz solar, por lo que se produce menos secreción de serotonina”.
Los consejos para evitar el desánimo y sensación de tristeza son sencillos, aseguró el experto. “Primero, dejar que la luz del día entre en la casa. Abrir persianas y cortinas por al menos unas dos horas al día y exponerse a esta luminosidad natural. También se pueden comprar lámparas y ampolletas que simulan la luz solar”, aconsejó.
El psicólogo agregó que, es importante, “poder respirar aire puro y contactarse con la naturaleza. Asimismo, hacer ejercicio y mantener una rutina semanal de actividad física, no es necesario que sea en un gimnasio, ni un deporte muy elaborado o extremo, basta mover el cuerpo, bailar o caminar al aire libre. Esto, combinado con una dieta saludable, son consejos fáciles para mantener salud mental durante estos meses”, indicó.
Rutinas
Por su parte el profesor de la Escuela de Enfermería de la misma Casa de Estudios, y especialista en salud mental, Raúl Andrés Hormazábal, sugirió que, “en días invernales, es conveniente reactivar y potenciar las redes de apoyo social y familiar, porque así será posible compartir percepciones y reforzar los lazos de confianza que existen entre las personas, de tal modo que se vaya construyendo y fortaleciendo el vínculo interpersonal con quienes más queremos”, señaló.
“Aunque es tentador quedarse con el pijama, es conveniente siempre mantener una rutina diaria compatible con nuestro estilo de vida. Así podremos conservar una estructura que nos permita mantener nuestro ritmo circadiano o ciclo de sueño/vigilia, y por otro lado, recuperar la sensación de control en nuestra vida, que es un aspecto importante en materia de seguridad psicológica”, expresó Hormazábal.
El profesor advirtió, además, que es necesario limitar la utilización de pantallas. “El uso excesivo puede llevar a graves alteraciones psicológicas, además del tiempo consumido durante su uso que, eventualmente dificultará el logro de otras actividades”, planteó.
El especialista precisó que existen estudios que señalan que seis horas o más de uso de pantallas incrementa el riesgo de sufrir depresión y trastornos del sueño, entre otras alteraciones, por lo que es importante limitar su uso idealmente a no más de tres horas por día.