Las empresas y trabajadores chilenos tuvieron que enfrentar dos grandes desafíos laborales este año con la implementación de la primera fase de la Ley de 40 horas y la Ley Karin, esta última que busca prevenir situaciones de acoso y promover ambientes seguros en el trabajo.
La Ley Karin presentó los mayores desafíos, ya que llevaba de la mano la implementación de protocolos, canales de denuncias y generar espacios de información y capacitación.
Pese a estas tareas y que la ley entró en vigencia el 1 de agosto de 2024, una primera encuesta realizada por Talana arroja un balance positivo en esta etapa de implementación.
Por ejemplo, un 67,1% contestó que está entre “muy de acuerdo” y “de acuerdo” en que la implementación de la Ley tendrá un impacto positivo en la cultura laboral de la empresa. Entre las mujeres, la cifra sube levemente al 68,7%.
“Lo más relevante que tiene esta ley es el poder generar un cambio cultural, donde el diálogo y el entendimiento se conviertan en la base de las relaciones laborales. No se trata solo de sancionar, sino de crear espacios de respeto, prevención y de sensibilización”, dijo Bárbara Kübler, gerente de Personas & Cultura de Talana.
La encuesta fue respondida por 59,2% trabajadoras y 40,4% trabajadores.
Otro dato relevante es que un 73,1% contestó estar entre “muy de acuerdo” y “de acuerdo” en que la implementación de la Ley Karin disminuirá el acoso laboral, sexual y la violencia en el trabajo.
Ante la pregunta “¿Te sientes informado respecto a los alcances de la Ley Karin?”, el 51,4% dice que “sí, completamente” y el 36,9 dice que “sí, en cierta medida”. “No, nada en absoluto” solo contesta el 1,2%.
A su vez, un 80,2% dijo que “sí” ante la consulta de si “tu organización cuenta con un canal de denuncias a disposición de todos los trabajadores” y solo un 9,1% contestó “no sé”.
Bárbara Kübler dice que “la ley no debe centrarse únicamente en la denuncia. La prevención, la capacitación y el diálogo son fundamentales. La denuncia debe ser el último recurso, cuando los esfuerzos previos de sensibilización y resolución de conflictos no han tenido éxito”.