Uno de los infaltables en cualquier mesa chilena es el té y el Ceylán, que es uno de los favoritos a la hora de elegir cuál tomar, y que llega en su mayoría desde Sri Lanka, isla tropical y tercer exportador a nivel mundial de té que está al sur de la India y que tiene el clima ideal para este tipo de plantaciones.
Esta infusión, que se produce hace más de 1500 años en esta isla es sinónimo de calidad y sabor en todo el mundo, y no solo cautiva a los chilenos diariamente, sino que a amantes del té a nivel mundial. Además es fácil de reconocer por el logo del león que está impreso en cada uno de los envases que llevan este té y que garantiza que es 100% puro y empaquetado en Sri Lanka.
Los siete sabores del Ceylán se extraen de cada una de las regiones donde está la producción de té más grande del mundo, que desarrolla a mano y artesanalmente este té que según ellos mismos, es el regalo de la “Isla del Té” para el mundo, mientras que la competencia ya automatizó los procesos de cultivo.
El té producido en Sri Lanka busca acariciar el paladar de todos los que lo prueben y lo sigan prefiriendo día a día. Pero a pesar de la variedad de tipos de té que se extrae de la región, las condiciones de pureza que le dan vida al té de Sri Lanka no se transan y se estima que las marcas más importantes del mundo usan un porcentaje de té del “país del té” para resaltar sus sabores y aumentar su calidad.
Chile, además de ser uno de los consumidores más importantes en el mundo del té de Sri Lanka y su principal importador en la región, tiene una relación histórica con esta isla asiática que comenzó en el año 1928 y uno de los cónsules destacados de nuestra misión diplomática en ese país fue Pablo Neruda.
El té Ceylán es símbolo de pureza y sabor que busca seguir presente en la vida de los chilenos y seguir siendo el producto premium preferido a la hora de acompañar cualquier actividad del día sin importar la edad ni costumbres. Es una bebida altamente adaptable que se puede tomar fría o caliente y se puede mezclar con otros aromas para lograr un sabor inigualable.