Con el propósito de promover una visión amplia e integral del emprendimiento, la carrera Auditoría e Ingeniería en Control de Gestión de la Facultad de Administración y Negocios de la Universidad Autónoma de Chile en Talca, organizó el webinar “Mujeres líderes y emprendedoras”, el cual reunió a tres destacadas chilenas que, como mujeres, compartieron sus experiencias, conocimientos y visiones del mundo empresarial.
Para conversar sobre las dificultades o barreras para ejercer el liderazgo femenino en Chile y la región del Maule, Claudia Cabello Caroca, gerente general de Grupo UNE, reconoció que en el ámbito empresarial existen estereotipos o creencias arraigadas culturalmente.
“Se cree que las mujeres servimos para ciertas cosas o que somos demasiado sensibles para otras. En nuestro desarrollo como emprendedoras eso va pesando, pesa desde el momento en el que incluso elegimos qué carrera universitaria estudiar o el oficio a ejercer… También se nos carga un peso social por atender a nuestras familias e hijos, por lo que incluso podemos sentirnos culpables al momento de priorizar nuestras responsabilidades… Pero soy una convencida de que la manera que tenemos las mujeres de avanzar es colaborándonos, generando redes, compromiso y trabajo, unirnos en aquello que nos gusta y hacer grandes cosas” reflexionó.
Apuntó que el escenario de las “amas de casa” es mucho más complejo, ya que al no contar con antecedentes laborales se les limita el financiamiento. “Es muy difícil comenzar y partimos con emprendimientos muy chiquitos, nos creemos poco el cuento, porque el acceso al financiamiento es pequeño”.
Durante el encuentro, el director de la carrera Oswaldo Nogales Meneses, destacó que aproximadamente el 55% de las estudiantes del programa son mujeres, motivación suficiente para realizar actividades de este talante, que sirvan de semilla y aporte para incentivar el liderazgo femenino en Chile.
Limitaciones autoimpuestas
Por su parte, Marianela Tapia Quezada, socia fundadora de Gestaidea, lamentó que sean las mismas mujeres quienes se autoimpongan limitaciones para su desarrollo. “Tenemos menor tolerancia al riesgo y al error, dudamos de nuestro propio liderazgo… Cuando solicitamos un empleo o ascenso, dudamos de nosotras e incluso podemos hasta no tomar el riesgo si no cumplimos con el 100% de los criterios exigidos. Lo mismo ocurre con el emprendimiento y por eso sólo emprendemos en áreas tradicionales. No nos atrevemos a explorar en nuevos nichos”.
Definió como otra limitación la planificación cortoplacista en función de lo permitido por el ámbito familiar para el desarrollo profesional e incluso adquisición de nuevas responsabilidades, por lo tanto, los riesgos que asumen las mujeres son menores, razón por la cual también se registran menores beneficios.
“Todo esto es una barrera impuesta por la sociedad y por eso debemos trabajar con las nuevas generaciones, nuestros hijos y estudiantes, para comprender que hombres y mujeres tenemos las mismas capacidades y por eso podemos tener los mismos beneficios”, apuntó.
En términos formales la creación de una empresa no tiene limitantes de género. Sin embargo, son las trabas impuestas por la mujer y su doble rol social (trabajo y hogar), las que generan una sobrecarga laboral, lo que limita la conformación de emprendimientos femeninos.
Escenario actual
La presidenta de Inspiring Girls Chile, Macarena Salosny Lagos señaló que si bien la participación laboral femenina se vio afectada (registra un retroceso de 10 años) como consecuencia del conflicto social de octubre de 2019 y la pandemia por COVID-19, también se han creado espacios para el liderazgo femenino.
Por ejemplo, se generan puestos de trabajo en el área de las Tecnologías de la Información, razón por la cual resulta importante y necesaria la alfabetización digital temprana por parte de las mujeres.
“Lamentablemente es el ámbito donde las mujeres no estamos participando, porque estar digitalizada no significa tener una cuenta en Instagram o Facebook, sino que estés relacionada con cómo integramos herramientas y sistemas para aumentar la productividad de nuestras organizaciones”.
Apuntó que más allá de observar las brechas y dificultades, se deben identificar y analizar las oportunidades disponibles. “Más allá de lamentarnos, porque ya sabemos qué es lo que ocurre, tenemos que vencer nuestros temores y generar emprendimientos donde podamos provocar un impacto”, apuntó.