En un país donde la inflación aprieta y la regulación cambia cada pocos meses, los emprendedores chilenos siguen apostando por sus ideas, enfrentando burocracia, falta de financiamiento y una institucionalidad que, según ellos, muchas veces los deja solos.
“Chile sigue teniendo un enorme espíritu emprendedor, pero el sistema no acompaña. Hoy se castiga más al que arriesga y genera empleo, que al que se acomoda, y eso es una señal preocupante para cualquier economía que quiera crecer”, afirma Juan Pablo Swett, director general de la Academia de Formación de Emprendedores LATAM, institución que ha capacitado a cientos de emprendedores en todo el país.
Según cifras del Ministerio de Economía, más de 200 mil nuevas empresas y sociedades se crearon en 2024, pero casi la mitad no logra sobrevivir más de tres años. Para Swett, “esa mortalidad refleja que el apoyo sigue siendo más declarativo que real. Hay subsidios y programas, pero pocos llegan a quienes realmente están en la primera línea, especialmente en regiones”.
El nuevo rostro del emprendimiento en Chile
Tras la pandemia, el perfil del emprendedor cambió profundamente. Hoy se observa una nueva generación marcada por la necesidad, la digitalización y el propósito.
“Vemos muchas más mujeres y jóvenes que emprenden desde lo local, buscando independencia y sentido. Más de la mitad de quienes llegan a la Academia son mujeres, muchas desde regiones, que están levantando la economía desde abajo, sin redes ni acompañamiento”, explica Swett.
Y advierte: “Si no fortalecemos la educación emprendedora con enfoque territorial y de género, seguiremos reproduciendo las mismas brechas de siempre. El talento existe, pero falta apoyo estructural.”
Tres habilidades que hoy marcan la diferencia
Desde la experiencia de la Academia, Juan Pablo Swett identifica tres habilidades críticas que hoy separan a los que sobreviven de los que quedan en el camino:
- Gestión financiera ágil: saber manejar el flujo de caja, negociar con bancos y entender el lenguaje financiero.
- Adaptabilidad digital: incorporar herramientas tecnológicas, marketing digital y automatización en el negocio.
- Resiliencia emprendedora: mantener el foco, aprender rápido y no rendirse ante la incertidumbre.
En esta línea, la Academia de Formación de Emprendedores LATAM ha desarrollado un modelo de microcertificaciones que permite a los emprendedores aprender herramientas prácticas y aplicarlas de inmediato. Su sello diferenciador está en la certificación nacional e internacional, con respaldo de instituciones como Babson College y Stanford University.
“Nuestra diferencia es que enseñamos lo que realmente sirve: cómo vender, cómo armar un flujo de caja, cómo negociar con el banco. No formamos empresarios de PowerPoint, formamos personas con propósito y herramientas reales”, sostiene Swett.







