Chile es líder regional en electromovilidad en el transporte de pasajeros urbano, siendo sólo superado por China. En los últimos años, el Gobierno ha realizado grandes inversiones y se ha anotado grandes logros que desde la capital avanzan hacia regiones. Por eso, resulta una paradoja preocupante que cuando de viajes interurbanos se trata, la transformación energética esté descuidada, abandonada a esfuerzos individuales y llena de obstáculos que a estas alturas resultan incomprensibles.
En este camino, el impedimento principal es la, a estas alturas, inexplicable vigencia de una normativa a todas luces obsoleta, como lo es la normativa de Peso por Eje -que establece un límite al tonelaje máximo que puede tener un vehículo que transita por las carreteras, con cuantiosas multas para quienes lo exceden-. A pesar de todas las ventajas que ofrecen los buses eléctricos, por su naturaleza, ellos son más pesados que sus contrapartes de combustión interna. Y si a ello se agregan pasajeros, maletas y otros elementos, fácilmente traspasa los límites establecidos, haciendo casi imposible cumplir la reglamentación.
Esta disposición fue promulgada cuando la realidad de la infraestructura vial era otra, y es hora de que el Ministerio de Obras Públicas y los legisladores impulsen como primera etapa una modernización normativa para avanzar hacia una estrategia nacional de movilidad eléctrica de larga distancia, similar a lo establecido en el sector urbano.
Santiago Echeverría,
Managing Director FlixBus Chile