La pregunta es: ¿quién asesora al presidente Boric? O, más exactamente, ¿hay alguien que asesore al presidente?
La duda irrumpió con fuerza al término de la pasada semana, cuando todavía faltan más de dos meses para que se cumpla el primer aniversario del gobierno. Dos cambios de gabinete en este tiempo y decenas de situaciones confusas avalan la sensación de que la brújula no funciona bien en La Moneda. ¿O será el timón?
El más reciente episodio es, naturalmente, el debate sobre los indultos presidenciales, anunciados al filo del nuevo año. Se generó un rechazo tan duro que, aparentemente, llevó a la decisión de hacer dos cambios importantes en el equipo: sacar a la ministra de Justica y Derechos Humanos (Marcela Ríos) y al jefe del gabinete presidencial (Matías Meza-Lopehandía).
La justificación de los indultos fue penosa, confundiendo una convicción personal (la eventual “inocencia” de Jorge Mateluna) con motivos legítimos y una afirmación voluntarista (“no son delincuentes”) con la realidad (los prontuarios de Luis Castillo et al).
Los errores, a los que hay que sumar la torpe información inicial, que debió ser corregida dejando más dudas, son graves. No se solucionan, sin embargo, culpando de las “desprolijidades” a la ministra Ríos o al asesor Meza-Lopehandía. Menos se solucionaron luego de trascender documentos que revelan un plagio cometido (siendo sancionado) por el nuevo secretario de Justicia, Luis Cordero. Tampoco con la explicación de la vocera Camila Vallejo quien dijo que el presidente no había tenido toda la información que se requería (un salvavidas de plomo, por lo menos).
Por eso la gran pregunta: ¿quién asesora al Presidente Boric?
Se podría pensar que las conversaciones con Ricardo Lagos en el avión presidencial a Brasilia, pudieron servir de algo, como abrir el entendimiento del gobernante al desastre que significan los indultos. Pero no hay cómo saberlo.
Oficialmente, queda flotando la única respuesta posible: nadie lo asesora, o por lo menos nadie le entrega ideas y reflexiones que quiera escuchar.
Abraham Santibáñez