El juego es una actividad fundamental para el desarrollo de los niños. Es a través de él que exploran su entorno, experimentan con diferentes materiales y objetos y desarrollan habilidades de resolución de problemas y pensamiento crítico. Es además esencial para su desarrollo psicosocial, ya que aprenden a relacionarse con los demás, crear vínculos, a compartir y respetar turnos. Entonces, ¿cómo mantenerlos en movimiento a pesar del frío? “Los juegos inflables de interior son una buena alternativa, con variedad de diseños y opciones económicas.
Sin embargo, es importante seguir al pie de la letra las recomendaciones para garantizar la seguridad y así evitar accidentes. Por ejemplo, camas elásticas, piscinas de pelotas y tapetes de juego con un tamaño ideal para ser instalados en un living o incluso en un dormitorio. Otra opción son los juguetes didácticos para estimular la psicomotricidad fina de los pequeños de la casa, elaborados con figuras que asemejan animales, gladiadores, dinosaurios y otras imágenes que hacen volar su imaginación”, explica Cristóbal Achurra, gerente general de Bestway Chile.
Es fundamental que el uso de los juegos inflables esté bajo la vigilancia y control de una persona adulta, para evitar caídas, asfixia u otro accidente. Además, se recomienda estar atentos a las pérdidas de presión de inflado y desprendimiento del anclaje y asegurarse de conocer el peso máximo que soporta cada juego y el número total de niños que pueden usarlo al mismo tiempo.
A la hora de usar juegos inflables, es importante estar atentos a:
- Inestabilidad y volcamiento.
- Situaciones causadas por la pérdida de presión (el juego se desinfla) por diversas razones, entre ellas la falla o pérdida de la potencia del ventilador.
- Lesiones de los usuarios por el comportamiento inadecuado de algunos de ellos, lo que se produce por la excesiva cantidad de niños jugando al mismo tiempo.
Entre 2021 y 2022 aumentaron en un 14% los accidentes domésticos asociados al uso de juegos inflables, según informó el Servicio Nacional del Consumidor. “Esta cifra indica que existe desconocimiento por parte de los adultos, de cuál es la mejor forma de cuidar a los niños mientras juegan. El llamado es a ser conscientes de los riesgos, tomar las precauciones, supervisar y, por supuesto, aprovechar de sacar así a los niños de las pantallas”, comenta Achurra.