Este 13 de febrero, se celebra un nuevo aniversario de la Aurora de Chile, el primer periódico de nuestro país. Por más de dos siglos ha sido motivo permanente de orgullo para periodista y el conjunto de nuestra sociedad. Fray Camilo Henríquez, su fundador y director, se destacó por sus convicciones democráticas, lo que hace propicia la fecha para analizar la situación de la prensa y el periodismo.
En el ámbito local, aunque nuestra democracia goza de buena salud (lo confirmó recientemente el ranking de The Economist), persisten no pocas inquietudes. En el periodismo hay temores latentes. El principal se deriva del impacto, todavía no bien medido, de las tecnologías, simbolizadas por las redes sociales.
La ausencia de una concepción ética en la mayoría de los mensajes hace indispensable un grande y profundo debate. En parte ya se está realizando gracias al informe encargado a tres universidades sobre el estado de nuestro sistema de comunicaciones.
Al respecto hay mucho que decir y que se seguirá diciendo.
Es una preocupación que se vive de un extremo a otro del planeta.
No solo se discute acerca de las redes sociales y sus ventajas y peligros. También de sus incalculables efectos en la vida social y en la subsistencia de la democracia. El debate va desde Brasil a Estados Unidos, Francia, Rusia y más allá. Revive el temor ante un eventual control de los contenidos.
¿Cómo enarar la falta de responsabilidad sin afectar la libertad de expresión y los legítimos derechos de las minorías?
La gran revolución tecnológica es un desafío que los medios tradicionales han tratado de resolver, no siempre con éxito.
El caso más actual es el del Washington Post. En octubre de 2013, la familia Graham lo vendió a Nash , un holding propiedad de Jeff Bezos , por 250 millones de dólares. Bezos, el mítico fundador de Amazon, es el tercer hombre más rico del mundo.
Sin embargo, su administración no ha sido afortunada. El diario en estos momentos sufre una reducción de personal que puede amenazar su credibilidad, reputación que lo dejó muy bien posicionado por el caso Watergate y los numerosos (más de 60) premios Pulitzer recibidos a lo largo de su historia.
Otros periódicos igualmente famosos e ilustres, están empantanados en el proceso de comprender y manejar los limites y posibilidades de Internet. El problema vital es cómo se asegura el profesionalismo de quienes trabajan en ellos para demostrar que son mejores y más confiables que los mensajes instantáneos de las redes sociales.
En el fondo, lo que importa es el resultado.
Así lo creía Camilo Henríquez cuando sostuvo, bajo el seudónimo de Quirino Lemáchez:
Estaba, pues, escrito, ¡oh pueblos!, en los libros de los eternos destinos, que fueseis libres y venturosos por la influencia de una Constitución vigorosa y un código de leyes sabias; que tuvieseis un tiempo, como lo han tenido y tendrán todas las naciones, de esplendor y de grandeza; que ocupaseis un lugar ilustre en la historia del mundo, y que se dijese algún día: la República, la potencia de Chile, la majestad del pueblo chileno.
Más de dos siglos después, la Aurora sigue siendo un ejemplo de las mil batallas que debe luchar el periodismo independiente y convencido de que el suyo es un servicio público irreemplazable.
Abraham Santibáñez