Cuatro son las generaciones que actualmente conviven en el mundo laboral, Baby Boomers, X, Millennials y Z, cada una con diferentes intereses, puntos de vista, comportamientos y formas de relacionarse, de acuerdo con su edad, el contexto histórico y los valores con los que han crecido, convirtiéndose en un permanente desafío para las empresas, las que deben gestionar las diferencias, facilitar la convivencia y motivar el trabajo en equipo para lograr mayores niveles de compromiso, satisfacción laboral y alcanzar los objetivos de la organización.
¿Cómo coexisten estas generaciones en el escenario laboral? Eva Orellana, académica de la carrera de Ingeniería Comercial de UDLA Sede Viña del Mar, Doctora en Desarrollo Organizacional, entrega detalles de estos cuatro grupos etarios y algunos consejos para lograr su positiva integración en el trabajo.
Baby Boomers (55 a 64 años)
Se les conoce como la generación de protesta o rebeldes, pues crecieron en los años 60 y fueron parte de drásticos cambios sociales, rebelándose contra el orden establecido. Son comprometidos, competitivos y, por lo general, han trabajado duro por años para salir adelante.
Debido al tiempo que llevan trabajando, se caracterizan por ser los que más toman decisiones en la organización y por tener autoridad. No siempre concuerdan con la Generación Z, los más jóvenes.
Generación X (de 35 a 54 años)
Vivieron la transición entre lo análogo y los avances digitales, impactando su proceso de formación, por lo que son flexibles, adaptables y de mente emprendedora. Ocupan cargos intermedios en la empresa, les gusta que su trabajo tenga sentido y obtener buenos resultados.
Son responsables, apasionados y comprometidos, gestores de equipo y buscan la integración de todas las generaciones en la labor empresarial. Para ellos es importante lograr un equilibrio entre el trabajo y la familia y son muy preocupados por el futuro.
Millennials o generación Y (25 a 34 años)
Difieren de la generación X. Son hijos de los Baby Boomers, aunque distintos en su pensar y actuar. No son competitivos, sino cooperativos, reconocen su talento y el de los demás. Trabajan en equipo y no comprenden el individualismo y practican la economía colaborativa.
No son 100% nativos digitales, pero manejan con facilidad la tecnología. Prefieren lo auténtico y tradicional, combinando el conocimiento, las habilidades digitales y lo analógico, siendo ágiles y creativos en su labor.
Generación Z (de 18 a 24 años)
Trabajan desde temprana edad, pues se titularon antes. Son individualistas y rápidos. Están acostumbrados a que los procesos sistemáticos guíen sus vidas y basan sus decisiones en datos que filtran de internet, pues son nativos digitales. Son visuales y se comunican con imágenes. Como empleados, son seguros de sí mismos y altamente educados. Tienen un fuerte lazo con el hogar paterno y, aunque trabajen, siguen viviendo allí, lo que les permite ahorrar.
Integrar generaciones
Para Eva Orellana, la clave para integrar positivamente estas cuatro generaciones en el ámbito laboral está en gestionar las diferencias. “No es sorprendente el que sea difícil que las diferentes generaciones trabajen juntas, pero se puede avanzar en ello. Todo lo anterior indica que, tanto la diversidad como la inclusión, deben ser bien gestionadas. De esta forma las generaciones no trabajarán molestas, sino que se obtendrá una cultura en la que se comprende que el entendimiento debe venir de ambos lados, de la empresa a los trabadores y viceversa, avanzando como organización”, explica.
También es fundamental potenciar las habilidades de cada una de estas generaciones: “la necesidad de talento en este momento es importante, requiriéndose trabajadores con las habilidades adecuadas en el lugar apropiado, especialmente por el impulso que dio la pandemia de Covid-19 a la transformación digital, donde las empresas deben dejar atrás el liderazgo antiguo y autocrático, en un mundo diferente, con trabajadores diferentes”, finaliza la académica.