Este sábado 13 de febrero se conmemorará el Día Internacional del Condón, una fecha propuesta desde las organizaciones de la sociedad civil para promover y crear conciencia respecto al empleo de este método de prevención entre la población sexualmente activa.
El condón, a pesar de ser un elemento muy efectivo para prevenir las Infecciones de Transmisión Sexual como el VIH, sigue siendo un dispositivo cuyo uso se encuentra muy limitado- Estudios de comportamiento sexual son enfáticos en concluir que solo 4 de cada 10 personas lo utiliza de forma correcta durante las relaciones sexuales.
Su utilización es un tema fundamental dentro de la salud pública. Es una medida que tenemos que recomendar activamente entre los jóvenes y adolescentes, especialmente ahora que se ha observado un incremento cada vez más significativo en las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) debido ciertamente al relajo en el uso de este método barrera.
De hecho, en Chile alrededor del 97% de los nuevos casos de VIH se dan por mantener relaciones sexuales sin protección.
Por ello, es relevante generar conciencia sobre la eficacia de los condones en la reducción de la incidencia por VIH donde el estado debe garantizar una cubertura nacional superior a 80%, para lo cual se necesitan programas de marketing social del condón a varios niveles, diseñados, desarrollados, implementados y monitoreados por las organizaciones de la sociedad civil.
Una causa central de la baja utilización del condón se debe a la escasa educación sexual integral en los colegios y a la oposición de sectores políticos conservadores que han impedido que en nuestro país estas temáticas sean abordadas desde una perspectiva transversal dentro del curriculum educativo.
Los jóvenes que se inician antes en la actividad sexual asumen erróneamente que el preservativo solo sirve para evitar embarazos no deseados, pero no para protegerse de infecciones de transmisión sexual.
Las pocas campañas de prevención que han recomendado su uso no han resultado efectivas y existe mucho desconocimiento entre las personas. Las creencias e ideologías colectivas indican que quien utiliza estos elementos de protección tienen más parejas sexuales o que las ITS solo son adquiridas por personas con determinada orientación sexual o ciertas prácticas sexuales, sin asumir que el riesgo de adquirir alguna enfermedad se encuentra en la práctica sexual y no en la condición personal de cada individuo.
Si bien de acuerdo a la ley 20.418 cada comunidad educativa debe contar con un plan de afectividad y sexualidad, lo cierto es que en la enseñanza media es cuando los jóvenes deben recibir información. No obstante, no existen lineamientos claros para la ejecución de dichos programas y tampoco una supervisión por parte de la autoridad sobre su cumplimiento.
Esta situación se ve agravada por la imposibilidad de muchas escuelas de contar con los recursos para poder implementarlos.
En este contexto, especialistas de la UNESCO han recomendado y solicitado al Estado garantizar el derecho a la información en salud y sexualidad desde los primeros años de escolaridad, incluso antes del despertar sexual de los jóvenes, ya que de esa forma se prepara a los adolescente sobre el cuidado de la propia salud sexual y reproductiva.
Hablar de educación en sexualidad, afectividad y género, en este contexto, no se limita solo a la genitalidad, es también hablar de sexo con placer, y es ahí donde aparecen los cálculos políticos o de otra índole y no llegamos a construir una política pública seria y responsable.
40 años de aprendizajes en la respuesta al VIH nos demuestran la necesidad de contar con estrategias específicas según las características propias de las poblaciones más afectadas. El abordaje del VIH/SIDA y otras Infecciones de Transmisión sexual nos obliga a una reflexión profunda y pluralista tendiente a diseñar políticas de acción que consideren las variables psicológicas y socioculturales relacionadas con la adopción de métodos eficaces de prevención, en todos sus niveles.
En esto es fundamental entender qué es lo que dificulta o facilitan el uso del condón peneano o vaginal, por ello es importante que el país avance en la generación de estudios de comportamiento sexual y de prevalencia de infecciones de transmisión sexual, ya que ello es un factor decisivo para el diseño e implementación de una respuesta sostenible para el control del VIH y el Sida en nuestro país.
Michael Díaz Rodríguez
Director ejecutivo
Fundación Sida Maule