Symborg, compañía española de biotecnología agrícola con sede en Chile, en su decidida apuesta por aportar innovación a este mercado decidió realizar una fuerte inversión en I+D, desarrollando ensayos de campo con cultivos autóctonos, aportando la máxima cercanía a los productores y escuchando sus necesidades.
La compañía, que lleva presente 7 años en Latam, celebra 10 años desde que vieran la luz los primeros papers de Glomus iranicum var. tenuihypharum. Y lo hace de la mano de productores y asesores técnicos de Chile y Perú que se han sentado frente a una cámara para contar su experiencia con este hongo formador de micorrizas patentado por Symborg, que ayuda a los agricultores a incrementar sus cosechas en todo tipo de cultivos y en todo tipo de condiciones de manera biológica.
Entre los testimonios de más de 10 profesionales agronómicos que han participado para contar su experiencia, destaca Gonzalo Vargas, asesor internacional de paltos y cítricos, que tras probar MycoUp, bioestimulante compuesto por Glomus iranicum var tenuihypharum, explicó que “el crecimiento del fruto se prolongó con frío; la fruta seguía creciendo y llegamos a calibres que nunca habíamos logrado ni siquiera con otros productos de síntesis”.
Asimismo, Carlos Tapia, asesor internacional de cerezo, pone en valor la “mejora de calibre, mejora de desarrollo vegetativo, mejor condición de firmeza de la fruta y mejora en el desarrollo de raíces”. Roberto Contardo, asesor de Abud & Cía, describe que “hemos hecho mediciones de campo y hemos visto que con la aplicación de hongos formadores de micorrizas hay una mejor resistencia al estrés hídrico”.
Por su parte Sergio Sosperrey, técnico de Iansa, comparte como su experiencia con Glomus iranicum var. tenuihypharum que ha conseguido una “masa radicular más amplia, que permitió tener una buena absorción de nutrientes y unas cosechas más homogéneas”.
Otra de las características de Glomus iranicum var. tenuihypharum es que mejora las cosechas en cantidad y calidad de una forma 100% sostenible con el medioambiente.
Y así lo ha demostrado en campos y cultivos de todo el mundo, con incrementos de entre un 8% y un 20%, ya que los productos derivados de Glomus Iranicum están presentes en 34 países, incluidos Chile, Perú, Ecuador, Colombia y Argentina. “El uso de microorganismos en la agricultura se ha convertido en una de las grandes innovaciones del sector”, apunta Gala García, directora de Symborg Latam. “Gracias a microorganismos como Glomus iranicum var. tenuihypharum, los agricultores ahora sí tienen herramientas 100% biológicas para apostar por una agricultura más sostenible sin renunciar a la rentabilidad de sus cosechas”, concluye García.