Un total de 40 personas con distintos niveles de discapacidad psíquica reciben atención en el dispositivo de salud mental del Servicio de Salud Maule (SSM), que se encuentra ubicado en Linares. El establecimiento forma parte de uno de los 10 recintos para la atención de salud mental y que se ubican en distintos puntos de la región.
El Centro Diurno de Rehabilitación Psicosocial para personas con discapacidad por motivos psíquicos está dirigido a hombres y mujeres con discapacidad psíquica que se encuentren compensadas en su cuadro clínico y que sean mayores de 18 años y menores de 60.
De acuerdo a lo señalado por la coordinadora de Dispositivos de Salud Mental Externalizados del SSM, Francisca Cubillos, el Centro Diurno “tiene un rol central para la atención de usuarios, ya que concentra una intervención compleja al considerar diversas variables individuales tales como condición de salud, social y aspectos comunitarios”, precisó.
El programa busca ofrecer un espacio donde la persona sea apoyada en su proceso de inclusión social mediante el desarrollo, entrenamiento y fortalecimiento de una diversidad de habilidades, las cuales van desde actividades básicas de la vida diaria hasta orientación vocacional. En paralelo al trabajo con la persona con discapacidad psíquica, se descomprime el sistema familiar de la persona, de manera que éstas puedan destinar tiempo a otras actividades; con lo cual se protege la Salud Mental de esas familias, toda vez que aumentan las posibilidades en relación a la generación de ingresos.
El Centro Diurno es un espacio comunitario de atención ambulatoria para personas con discapacidad psíquica, el cual tiene como objetivo principal que estas personas desarrollen habilidades que permitan su inclusión social. Apela a la mayor normalización posible de las condiciones de vida de las personas con discapacidad mental, pues fomenta su autonomía y su permanencia en su medio y territorio habitual, favoreciendo y amplificando sus posibilidades de inclusión social (pudiendo incluir el desarrollo de habilidades pre-laborales).
La estrategia de intervención incluye acciones de mantención en salud física y mental, desarrollo de habilidades personales, y vinculación familiar y socio-comunitaria.
Tanto el programa como la intervención con las personas que participan de él, se llevan a cabo en un territorio que posee características sociales propias. Lo anterior significa comprender el programa en una articulación dinámica con instituciones, organizaciones y personas; siendo el enfoque comunitario un marco teórico práctico que guía dicha articulación.