Desde el 2007 que la región del Maule enfrenta una mega sequía producto del cambio climático, entre otros factores. La situación hídrica del 2021 amenaza sumar otro año más a esta problemática que se está transformando en un cambio estructural del clima. La tendencia es a derivar paulatinamente a un clima semi árido.
Los análisis realizado por el profesor e investigador del Centro de Investigaciones y Transferencia en Riego y Agroclimatología (CITRA), de la Universidad de Talca, Patricio González Colville, indican que en el siglo XX cuando se producían sequías los meses secos eran solo siete en promedio (octubre, noviembre, diciembre, enero, febrero marzo y abril).
En cambio, en el actual siglo XXI la mega sequía está agregando un mes seco más: septiembre. Es decir, de siete meses hemos avanzado a ocho, en solo 20 años. Esto indica un problema para asegurar el abastecimiento de agua, fundamentalmente en el sector agrícola.
Invierno 2021
Según el profesor Patricio González Colville, la región del Maule presenta un déficit promedio del 55%. A lo anterior se suma que los embalses, como Laguna del Maule y Colbún, registran déficit del 74 y 63% respectivamente. Otros embalses regionales, como Bullileo, Digua y Tutuven esperan las lluvias invernales para lograr las cotas necesarias para enfrentar la temporada agrícola, que se inicia en septiembre.
Para determinar los posibles escenarios pluviométricos de este invierno “debemos recordar que el promedio decenal 2010-2019 en Talca fue de solo 488.0 milímetros de lluvia. Muy distinto a los 783.6 milímetros que se registraron en la década 1980-1989. Los modelos probabilísticos indican que, en lo que resta del invierno, en los meses de julio y agosto, las condiciones pluviométricas estarán bajo lo normal, predominando los días de frío extremo, como los registrados a fines de junio en que la temperatura mínima fue de -5.5° C bajo cero y la máxima no superó los 7° C”, expresó.
Agregó que lo anterior “es producto de un cambio estructural del clima mediterráneo maulino, que se caracterizó por cuatro estaciones bien definidas. La tendencia, desde el 2007 en adelante, es una caída persistente en las lluvias invernales (mayo a agosto), lo cual no variará en la medida que no disminuya la temperatura de la Tierra”.
González Colville recalcó que “en este panorama de 15 años con déficit de lluvias, incluido el 2021, el enfoque de las decisiones políticas debe ir dirigido a mitigar esta escasez prolongada de precipitaciones y adaptar los sistemas agro ecológicos a esta nueva realidad: un clima semiárido al cual solo con infraestructura de riego, tecnificación, gestión integral de cuencas hidrográficas y educación hídrica, la agricultura maulina podrá continuar desarrollándose, sin la incertidumbre anual por la dependencia de las lluvias invernales”.