Esta temporada del año, donde el frío es el protagonista junto con los resfriados, aparece también el consumo de miel, producto dorado al que se le atribuyen beneficios y alivio a las molestias de la tos y dolor de garganta. En el Día Nacional de la Miel, que se celebró el 6 de agosto, académicas de la carrera de Nutrición y Dietética de Universidad de Las Américas nos explican respecto al consumo de este alimento.
La nutricionista y académica Danissa Rojas, señala que la miel contiene macro y micronutrientes que dependen de varios factores como tipo de abeja, flor, factores ambientales y de procesamiento. En general, hay 200 compuestos en la miel, como azúcar, proteínas, enzimas, minerales, vitaminas, aminoácidos y una amplia gama de polifenoles (antioxidantes). “La relación de estos compuestos da como resultado diferentes colores, sabores, viscosidades y actividades terapéuticas. La mayoría de las mieles del mundo comparten el 80% de las propiedades físicas y composición química. Los carbohidratos, que es el principal nutriente de la miel, oscilan entre 60 a 95% de su peso y apoya las propiedades antideterioro”, asegura.
Sin embargo, los expertos llaman a controlar su consumo por su alto contenido en azucares libres. La Organización Mundial de la Salud describe en un 80% los azúcares presentes de forma natural en la miel, y tal como es sabido, las recomendaciones para reducir el consumo de estos van siendo cada vez más restrictivas por la relación indiscutible que existe entre su ingesta y la probabilidad de sufrir sobrepeso u obesidad con riesgos asociados, por lo que en este momento, el organismo internacional recomienda un consumo de azúcares libres inferior al 5% de la ingesta calórica total, incluidos los de la miel.
En tanto, la Directora de Carrera de Nutrición y Dietética, Andrea Cortés, señala que existe evidencia que indica que la miel tiene cualidades nutracéuticas debido al contenido de ácidos fenólicos, flavonoides, ácido ascórbico, proteínas, carotenoides y ciertas enzimas, lo que le confieren poder antimicrobiano, antiinflamatorio y cicatrizante. “También se declara que los flavonoides que contiene mejoran el balance de microorganismos del cuerpo, que tiene poder antioxidante, efecto antimicrobiano, y pudiera tener efectos protectores sobre los sistemas cardiovasculares, respiratorios y gastrointestinales”, detalla la experta.
Las nutricionistas de UDLA sugieren la ingesta de la miel de forma ocasional o en cantidades reducidas si es que no se cuenta con patologías que lo impidan. Y recuerdan que la Guía de Alimentación del Menor de dos años del MINSAL recomienda no entregar este alimento a menores de dos años por el riesgo de botulismo causado por la acción de la neurotoxina de Clostridium botulinum.