La agricultura chilena ha confiado históricamente en la abeja de miel (Apis mellifera) y en el abejorro europeo (Bombus terrestris) para la polinización de cultivos. Sin embargo, cuando se trata de especies con anteras poricidas, como el arándano, estos polinizadores tienen una eficiencia limitada: no son capaces de vibrar las flores para liberar el polen con la misma precisión que las abejas nativas.
Para comprender el aporte real de estos polinizadores locales, un equipo de la Universidad Católica del Maule (UCM) realizó un estudio pionero en cinco huertos de arándanos del centro-sur de Chile. La investigación, financiada por el Gobierno Regional del Maule (FIC, BIP N°40.019.177-0), caracterizó la frecuencia de visitas, la eficiencia por visita y el comportamiento de vibración de las principales especies nativas presentes en el cultivo.
El Gobernador del Maule, Pedro Pablo Álvarez-Salamanca, señaló que “como Gobierno Regional, nuestro compromiso es claro: financiar e impulsar proyectos que mejoren la vida de las familias maulinas. Esta investigación es un ejemplo concreto de cómo la ciencia y la innovación pueden transformar nuestra agricultura, proteger nuestra biodiversidad y asegurar un futuro más próspero para nuestra región. Seguiremos invirtiendo en iniciativas que generen bienestar, oportunidades y beneficios directos para todos los maulinos”, dijo.
Entre las abejas identificadas destacan Cadeguala occidentalis, Bombus dahlbomii, Ruizantheda proxima, Callistochlora chloris, Colletes cyanescens y Centris cineraria: todas capaces de vibrar y todas con un aporte significativo en rendimiento de polinización.
“Lo que encontramos es contundente: las abejas nativas vibradoras son especialistas naturales del arándano y su aporte ha sido históricamente subvalorado. Son más eficientes por visita y su comportamiento es clave para aumentar la productividad del cultivo”, explica el director del proyecto, Dr. Víctor Hugo Monzón.
Beneficio para productores
Aunque el estudio se centró en el arándano, sus resultados son extrapolables a otros cultivos que dependen del mismo mecanismo de liberación de polen.
“Estos hallazgos pueden beneficiar a productores de tomate, cranberry, kiwi, melón y pepino dulce. Estamos frente a un conocimiento con impacto directo en la sustentabilidad agrícola del país”, agregó el investigador.
El equipo también desarrolló un prototipo de aplicación móvil -Beesound- basada en el reconocimiento del zumbido de las abejas. Sin embargo, esta herramienta aún se encuentra en etapa piloto y será perfeccionada antes de su uso masivo, por lo que se proyecta como un complemento futuro para productores y técnicos.
“Nuestro foco es transferir este conocimiento a la agricultura. Si Chile quiere asegurar buenos rendimientos en el contexto del cambio climático, debe incorporar y proteger a las abejas nativas vibradoras”, enfatiza el Dr. Monzón.
El proyecto fue ejecutado por un equipo multidisciplinario integrado por el Dr. José Neiva Mesquita (director alterno), Mg. Claudia Narváez Flies, Dra. Marta Fuentealba Cruz, Dr(c). Roberto Ahumada García, Dra(c). Geraldin Baquero Mendieta, Dra(c). Bruna Pinheiro Costa, Camila Rozas Cifuentes y Benito Cortés Rivas.







