Ésta es una pregunta decisiva para el futuro de nuestro país. Y es precisamente la que convoca a un trabajo colaborativo liderado por el Servicio Local de Educación Pública (SLEP) Maule Costa, en conjunto con la Fundación Educacional Arauco y el Centro de Investigación Avanzada en Educación de la Universidad de Chile, a través de la iniciativa “Desafío TEP – Trayectorias Escolares Positivas”, que comenzó su implementación este 2025.
En el corazón del Desafío TEP está la convicción de que garantizar trayectorias escolares positivas para todos los niños, niñas y jóvenes requieren más que acciones aisladas. Es necesario comprender las variables que inciden en la asistencia sostenida, el compromiso de los estudiantes y el acompañamiento desde las escuelas, las familias y el territorio. Una trayectoria escolar no es solo una línea de tiempo: es una experiencia vital de aprendizaje y desarrollo.
Esta iniciativa no parte desde cero. Entre los años 2020 y 2023, el trabajo en conjunto con SLEP Andalién Sur permitió identificar prácticas valiosas y oportunidades de mejora que contribuyeron a ajustar la estrategia. Posteriormente, en 2024, la colaboración con la comuna de Constitución permitió profundizar el enfoque, con avances concretos: el promedio de asistencia mensual aumentó en un 7% en una muestra de más de 4.000 estudiantes de 20 establecimientos por sobre los resultados obtenidos el 2018 (pre pandemia).
Este 2025, en Maule Costa, la iniciativa se nutre de esos aprendizajes acumulados y se articula con una de las prioridades claves del SLEP. Aún es temprano para evaluar el impacto completo, pero los primeros datos son talentosos: durante marzo y abril la asistencia alcanzó un 91%, promedio superior al registrado en el mismo período del año anterior.
La pregunta cómo mejorar las trayectorias escolares no tiene una única respuesta. Sin embargo, el camino recorrido hasta ahora permite identificar tres claves: primero, conectar el propósito con la práctica. Es esencial aclarar qué se busca lograr y cómo ese propósito se traduce en acciones concretas en las escuelas y el territorio. Hacer visible que significa una trayectoria positiva para estudiantes, docentes, equipos directivos y líderes del sistema local es un paso fundamental para orientar el cambio.
Segundo, movilizar el aprendizaje profesional mediante la colaboración y el uso reflexivo de datos. Acompañar a docentes y líderes escolares en sus procesos de mejora requiere generar condiciones para desarrollar capacidades de manera continua, situada y pertinente. Esto implica promover espacios colaborativos, asegurar el acceso a datos y establecer mecanismos efectivos de retroalimentación.
Tercero, trabajar de forma articulada. Las trayectorias escolares son fenómenos complejos y dinámicos. Mejorarlas requiere una acción colectiva que convoque a escuelas, familias y diversas instituciones del territorio en un esfuerzo común, coordinado y contextualizado.
Lo que está en juego no es menor. Mejorar las trayectorias escolares significa reducir desigualdades y asegurar que cada estudiante viva la escuela como un espacio de reconocimiento, desarrollo y futuro. Hoy, en Maule Costa, docentes, equipos directivos, profesionales de apoyo técnico y responsables del SLEP están demostrando que, fortaleciendo el sistema de educación pública, es posible avanzar con decisión hacia ese horizonte compartido.
Simón Rodríguez Espinoza
Fundación Educacional Arauco