El cáncer es la segunda causa de muerte a nivel mundial y, desde 2019, la primera en Chile. Según el Centro de Prevención y Control de Cáncer (Cecan), al año fallecen alrededor de 30.000 personas por esta enfermedad, es decir, tres chilenos por hora[1].
De allí que se requiere dimensionar el impacto que tiene esta enfermedad a nivel mundial para tomar las mejores decisiones como forma de lucha contra su prevalencia. Si bien sus causas son variadas, se debe considerar el impacto de los malos hábitos de salud, así como los antecedentes familiares que aumentan la probabilidad de padecer alguna de sus múltiples variaciones.
Aunque hay particularidades de acuerdo con cada tipo de cáncer, es importante saber que hay formas para reducir su aparición como mantener un estilo de vida saludable (una dieta balanceada y actividad física como hacer ejercicio), protegerse del sol, y reducir el consumo de alcohol y tabaco.
Ahora bien, con frecuencia el cáncer no causa dolor, y no existen síntomas específicos, pero se debe prestar atención a algunos síntomas asociados como fatiga de larga duración, pérdida significativa de peso no asociado a cambios en la dieta o ejercicio, cambios repentinos en el comportamiento, dolor de cabeza, cambios visuales, entre otros.
Sin embargo, el sector salud ya cuenta con múltiples alternativas para garantizar un diagnóstico temprano y tratamiento adecuado, entre los que se incluyen las imágenes de tomografía computarizada, imágenes moleculares de medicina nuclear, ultrasonido y radioterapia.
Los avances en técnicas de imágenes, por ejemplo, proporcionan una alta calidad, ayudando a los médicos en la identificación de lesiones sospechosas de cáncer en sus primeras etapas. Además, las soluciones en software ofrecen herramientas para el análisis de imágenes y la generación de informes que respaldan un diagnóstico preciso y eficiente. Incluso, las nuevas tecnologías de radioterapia permiten administrar a los pacientes una dosis precisa de radiación a los tejidos afectados y minimizar la exposición de los tejidos sanos. De esta manera, el personal médico puede tomar las mejores decisiones sobre cada caso en particular.
“Naturalmente la posibilidad de obtener un diagnóstico de cáncer genera temor. Sin embargo, desde el sector salud trabajamos continuamente en el desarrollo de mejores herramientas que con el apoyo de la tecnología aseguran diagnósticos más precisos, y por ende, tratamientos más eficaces. El manejo integral del paciente oncológico es fundamental en cada etapa, teniendo como objetivo primordial un diagnóstico precoz, con el fin de definir un tratamiento temprano que le permita ganar la batalla y continuar con su vida libre de enfermedad. Es gratificante ver cómo la tecnología impacta en la comodidad, el tiempo de tratamiento y la precisión de los resultados” comenta Fernando Terré, gerente para Argentina, Chile y Uruguay en Varian, una compañía de Siemens Healthineers.