En invierno, no solo hace frío, sino que también aumentan las enfermedades respiratorias agudas. La mayoría nos preocupamos por el frío exterior, pero no prestamos atención a la calidad del aire dentro de nuestras casas. La contaminación interior es fundamental para el desarrollo y empeoramiento de estas afecciones.
En esta línea, Claudia González, académica de la Escuela de Enfermería de UDLA, explica que “la contaminación en el hogar ocurre cuando no ventilamos bien y usamos estufas inadecuadas o en mal estado. Las estufas con evacuación externa, además de las eléctricas, losas radiantes, radiadores y calefactores, son apropiadas. Sin embargo, las chimeneas, estufas catalíticas y a parafina son dañinas. Estas últimas son perjudiciales porque, para generar calor, liberan partículas de hollín, gases y consumen oxígeno, dicha situación provoca inflamaciones e irritaciones en las vías respiratorias, convirtiéndose en un caldo de cultivo para infecciones virales o bacterianas”.
La experta añade que no se debe olvidar el daño que provoca el humo del tabaco. “Fumar en espacios interiores es devastador para la salud, ya que el humo menoscaba la barrera protectora de las vías respiratorias, debilitando la defensa natural del organismo. Además, afecta la inmunidad, lo que hace que el cuerpo sea más vulnerable a posibles contagios”.
La falta de ventilación en nuestra casa también puede provocar la acumulación de humedad, creando un ambiente propicio para el crecimiento de moho, el cual puede causar reacciones alérgicas, asma y otras afecciones respiratorias.
Para evitar la contaminación del aire dentro de los hogares, la profesional de Universidad de Las Américas comparte las siguientes recomendaciones:
Ventilar a diario las habitaciones de forma separada.
Mantener en buen estado la estufa, cocina y calefón.
Cuando se preparen alimentos que produzcan mucho vapor, ventilar la cocina.
No utilizar combustibles que estén adulterados.
Si se tiene una estufa de gas catalítica o a parafina, hay que encenderla solo por unas horas. Nunca se debe apagar dentro de la casa y, mientras esté encendida, hay que tener una ventana semiabierta para ventilar.
Conservar el ambiente dentro de la casa libre de humo de cigarrillo.
No fumar cerca de niños, embarazadas o ancianos.
Para limpiar el hogar, usar una aspiradora o un paño húmedo para evitar levantar polvo.