De acuerdo con la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), el concepto de “Una Salud” consiste en que la salud animal, la de los seres humanos y de las plantas son interdependientes y se vinculan con los ecosistemas en los que viven[1]. Esto quiere decir que todo lo que afecte a un perro, también puede tener implicancias para una persona, el medioambiente o viceversa.
Bajo ese paradigma, el Dr. René Alegría, del Hospital Clínico Veterinario de la Universidad San Sebastián, entrega una serie de recomendaciones para el cuidado responsable de nuestros canes y, a su vez, cuidar de la salud de todos. “Es necesario tomar el liderazgo al llevar a nuestro perro al veterinario y saber qué medidas de prevención se deben tomar. En definitiva, todos somos responsables del impacto en el otro y concientizar eso permite una colaboración más efectiva”, afirma.
¿Qué tener en consideración a la hora de llevarlo a chequeo?
- Más allá de ponerle vacunas una vez al año. Durante los últimos meses diversas entidades científicas como la Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales (WSAVA) han discutido un nuevo paradigma respecto a la vacunación de nuestras mascotas. Esta mirada propone que los perros vayan a chequeos médicos, se mida la cantidad de anticuerpos y con esos resultados el veterinario tome la decisión de implementar un cierto grado de vacunación o, incluso, crear un calendario personalizado de sus vacunas.
- Lo mismo con los antiparasitarios. Bajo el concepto de “Una Salud”, los antiparasitarios son considerados como el primo hermano de los antibióticos. Es decir, si se suministran de manera muy regular, sin supervisión, podemos estar generando una resistencia al medicamento y, a su vez, una sobrecarga ambiental. De ahí que debamos realizar pruebas de detección temprana y caracterización de parásitos que portan nuestras mascotas y dar un tratamiento específico, ya que el antiparasitario regular no controla todos los tipos de agentes que podría contraer tu mascota.
- Derivación a exámenes. Lo ideal en el cuidado de nuestro perro es tomar decisiones con base en parámetros específicos: su estilo de vida, regularidad de ejercicio físico y, así, hacer un listado de factores de riesgo que puedan derivar en exámenes determinados, tales los como coproparasitarios cada cierto tiempo, para identificar tempranamente si el perro porta enfermedades parasitarias debido a, por ejemplo, visitas en lugares rurales, frecuencia o intensidad del contacto con otros animales incluyendo seres humanos, tipo de alimentación o incluso si adopta actitudes anormales como comer deposiciones de otro animales en los paseos.
Medidas como tutor
- ¿Cada cuánto ir a control con el veterinario? Depende de la edad del paciente, pero en adultos lo recomendable sería dos evaluaciones al año, donde se puedan distribuir exámenes y evaluaciones médicas preventivas, considerando que la visita para actualizar las vacunas debería ser distinta a las de toma de exámenes de sangre/orina o de estudios de imágenes como ecografías.
- Importancia de recoger las heces de mi perro. Se deben recoger las heces de las mascotas inmediatamente durante el paseo y diariamente en el caso de los animales que viven en casas con jardín, para a continuación lavarse las manos. Todo esto, ante el riesgo de que el animal presente alguna enfermedad parasitaria. Además, las heces de las mascotas no deben usarse como abono en cultivos que se destinen a consumo.
- Autoexamen preventivo en casa. Si bien, enfermedades como el cáncer, por lo general, presentan sus primeros síntomas cuando ya se encuentran en estado avanzado, en algunos tipos de cáncer se pueden aplicar medidas de prevención. Las perras hembras tienen casi tres veces mayor riesgo de presentar cáncer de mama que las mujeres. Y, tal y como puede aplicarse en humanos, se puede implementar el autoexamen mamario en hembras. Cualquier duda sobre cómo realizarlo, siempre acudir al médico veterinario de confianza.
- Mantener una bitácora de vida. Se aconseja realizar un diario de vida de su perro, que registre datos como los medicamentos que toma, enfermedades diagnosticadas, comida o premios que consume, conductas habituales o incluso curiosidades de su día a día. Toda esa información puede ser llevada a su próxima visita médica para detectar tempranamente patrones anormales, alertando al médico además de facilitar la planificación de exámenes en lo que queda del año, reduciendo la posibilidad de llegar tarde a alguna enfermedad “silenciosa”.