Una vez más nos encontramos con historias que inspiran porque nacen de una idea que es llevada adelante con fuerza y decisión. En esta entrega de la campaña de empatía regional Prefiero el Maule y el portal web El Maule informa conoceremos a dos emprendedores que le hacen honor a su origen maulino.
Román Troncoso es de Melozal, San Javier, y ha trabajado por años en diversas banqueterías. Pero, con la pandemia la actividad decayó. “Empecé con Clandestino el año de la pandemia. Era un emprendimiento estilo panadería y salía a vender panes de molde, rollitos, masas de pizzas y otros productos a los que iba agregando sabores de campo. Los tomates los tiraba en la parrilla, los quemaba casi al rescoldo y de ahí salía la salsa de tomate”.
Tras un paso por Maitencillo y Santiago se juntó con su amigo Mati Garay que es de El Olivar, en O´Higgins, “con quien nos asociamos con el tema de Ilegal y Clandestino, los dos nombres medios truchos. Los dos nacen con el concepto de mostrar que la cocina de campo no es fome sino que surte de cosas entretenidas y de nuestras costumbres. Son sabores que tenemos de nacimiento y que queremos transformarlos y llevarlos a otro nivel. Demostrar que esos sabores podemos recatarlos y, más que ello, innovar sobre ellos para que la gente los siga consumiendo”.
En este sentido, “siempre me gustó el término Clandestino, de buscar algo fuera de la común. La cocina tiene sus normas, pero me encanta salirme de ese paradigma y decir que el concepto es el disfrute y que no sea tan cuadrado”.
Convencido añade que “no quería no ser tan cuadrado y demostrar que yo disfruto lo que hago, lo que cocino”.
“Empecé clandestinamente, sin papeles, vendiendo a la mala y luego legalicé todos mis temas y comencé a crear este concepto Clandestino. Ilegal es el mismo rollo que empezó el Mati”, indica.
“Empezamos con el concepto de cenas clandestinas en Santiago llevando productos tanto de O´Higgins como del Maule y del resto del país. Por ejemplo, en septiembre salimos como una de las mejores empanadas en Santiago porque era más de campo. Ahora estamos full con el tema de los helados por lo que hablamos con arrieros y vamos a buscar productos de la zona. Tenemos helados de cochayuyo, harina tostada, navegado, flores del desierto de Atacama, entre otros”, explica
Las recetas “son producto de una cadena de intentos y errores que nos llevan a dar con la preparación adecuada, pero siempre con la mente puesta en el campo, en el productor y recolector en términos de hacer una recolección autosustentable y demostrar que el Maule no es tan solo unos paisajes lindos sino que también hay productos que la gente tiene que conocer”.
Agrega que “somos personas de campo, pero queremos demostrar que el campo está a otro nivel; queremos demostrar que se puede y que esos productos pueden llegar a sus mesas de una forma que sea totalmente distinta. Es decir, cambiar el concepto y las normas que tenemos”.
Ellos cocinan a diario y “en las cenas clandestinas demostramos que a través de varios productos podemos lograr un plato interesante. Por ejemplo, hicimos un pejerey con helado de mandarina verde. Un sándwich con helado de cochayuyo y crema de leche asada con arrope de vino. O un pastel de choclo con el pollo flambeado con aguardiente”.r
Paralelamente, “estoy capacitando a mujeres jefas de hogar en San Javier y Villa Alegre donde le enseño cómo hacer una recolección sustentable y, por ejemplo, que con las naranjas hagan mermelada, fermentado o cremas pasteleras y que salgan del típico pie de naranja y que vean que pueden utilizar este fruto para otras preparaciones”.
Respecto del futuro, “nosotros tenemos la idea de transformarnos en lo que llamamos puntos fantasmas para el día de mañana poder mostrar este tipo de cocina a nivel nacional con sabores del Maule y O´Higgins”.
Para Román, Prefiero el Maule “es una iniciativa que me encantó desde el primer día porque es algo que me ha motivado a capacitar personas y enseñarles como me hubiera gustado que lo hubieran hecho conmigo. Además, motiva a las personas en que si se puede lograr si tienen enfoque y metas. Sobre todo, que hay un mundo que nos tiene que conocer”.
Instagram: @ilegalfood y @clandestino_byilegal
Las manos de Eli
Eliana García es de Molina y creó su emprendimiento “Las manos de Eli”, porque” trabajo mucho con mis manos. Todo lo fabrico yo, lo realizo yo. Me dedico al concreto decorativo, cerámica y botellas de vidrio fusionado”.
Explica que “yo estuve viviendo en Concón unos años y tomé cursos de vitrofusión y allá una profesora nos hizo clases de esta técnica. Ahí conocí lo que produce el fuego en el vidrio. Y me enamoré. Empecé a hacer bandejas, donde se elige una botella bonita y va a un horno a 700 grados. Y ahí toma una forma plana de bandeja”.
Por ejemplo, “las botellas de Coca Cola ya están pintadas, se mantienen con esas letras y otras las decoro y grabo yo. Ahora voy a empezar a poner frases y cosas así. Ocupo botellas de cerveza, espumante y vino para hacer fuentes, ceniceros y otros objetos”.
La cerámica también la aprendió allá: “Estuve dos años estudiando para sacar un bonito producto ya que se trabaja desde el barro hasta darle forma. Hay que amasarlo, secarlo y dejarlo en una pieza y luego introducirlo al horno. Una vez para bizcochar y después va el esmaltado para que salga el producto final. Es un trabajo bien lento. La cerámica sirve para la meditación”.
El concreto decorativo “es cemento blanco, se pone en un molde y sale un producto blanco que luego se pinta con distintos acabados. Hago pocillos, macetas, manos, porta incienso y otros productos”.
Indica que “esto partió como dueña de casa. Yo estaba criando a mis hijos y ahí empecé a dedicarme al arte para salir del estrés, la rutina y para salir adelante y poder vender algunas cosas, un ingreso económico para mis cosas. Primero empecé por hobby pero después empezó a gustar y me preguntaban si lo vendía. Ahora que mis hijos están grandes me pongo como emprendedora dedicada a mi trabajo, con mi tiempo y mis horarios”.
Hoy vende en ferias de la comuna de Molina porque “quiero que me conozcan y conozcan mis cosas. Soy feliz entrando en el taller, es mi mundo, se pasa todo ahí, me divierto cuando estoy creando, me relajo, disfruto mezclando colores y ver el resultado final es lo más satisfactorio.”
Sobre el futuro, señala que “me gustaría avanzar en cerámica, exponer en distintos lugares, vender mis cosas, enseñar, ser relatora”.
Eli concluye expresando que “soy perfeccionista, es una pasión lo que uno hace y me gusta que se vea todo bonito, que quede bien, que por donde uno tome la pieza quede perfecta”.
Instagram: @lasmanosdeeli
Facebook: @lasmanosdeeli