ChileCarne, en su compromiso con la sostenibilidad, valora y reconoce el aporte de sus trabajadores extranjeros, mediante políticas y estándares alineados a la inclusión laboral y los objetivos de desarrollo sostenibles de la Agenda 2030- Naciones Unidas, enfocados en fortalecer los mecanismos que permitan a las personas migrantes acceder a un trabajo y aportar en una mejor calidad de vida para ellos y sus familias.
La industria porcina en Chile genera más de 12.500 empleos directos y 12.000 indirectos, en más de 25 localidades rurales. La participación de trabajadores extranjeros pertenecientes al rubro silvoagropecuario y pesca, trimestre abril- junio 2021, fue de 22.741 de un total de 482.246 (INE)
“En Maxagro hemos podido comprobar cómo la diversidad -no solo de origen, sino también de capacidades, talentos, entre otras-, enriquece la cultura interna, tanto desde el punto de vista humano como también desde la innovación, creatividad y productividad. Nuestro compromiso con todos los migrantes que forman parte de nuestro equipo es velar por integrarlos sin ningún tipo de sesgo y, sobre todo, garantizar condiciones laborales seguras y de calidad”, comenta Rolando Rojas, Gerente de Personas, Comercial Maxagro.
Desde Agrosuper, Víctor Valera, Supervisor de Calidad en Planta Lo Miranda, concuerda y complementa lo explicado por Rojas: “Según nuestra experiencia, los extranjeros son más desenvueltos y alegres; en lo laboral aportan con esa bocanada de aire fresco que permite, por ejemplo, hacer comparativas respecto a cómo se hacen las cosas en sus países de origen y aquí, lo que a la empresa le ayuda a tener otra visión para mejorar sus procesos en base a estándares asociados a su cultura interna y lo que quiere ofrecer a sus clientes”.
Uno de los factores clave en la inclusión de los migrantes al mercado laboral ha sido cubrir la falta de personal para el desempeño de determinadas funciones. En este contexto, Jaime Bascuñán, Gerente General de Agrícola AASA S.A., explica que “la llegada de colaboradores extranjeros ha sido esencial, porque nos permitió cubrir la falta de trabajadores chilenos, que comenzó a principios del 2019 en labores principalmente operativas. Hoy contamos con 310 operarios, en donde 37 de ellos son extranjeros, y han tenido una integración fluida en sus equipos. La mayor parte son haitianos (62%) y puedo rescatar su compromiso y disposición con el trabajo, permitiéndonos, por ejemplo, cubrir vacantes de turnos los fines de semana”.
Por su parte, Gustavo Michelangeli- Ingeniero en Gestión de Plantas y Proyectos- de Agrícola AASA, complementa lo expuesto por Bascuñán: “La llegada de una gran parte de los inmigrantes que arribaron a Chile lo hizo con una formación profesional y laboral, en donde muchos de ellos trajeron consigo un Know-How importante. Este conocimiento ha ayudado a mejorar la productividad”.
Los desafíos laborales de un extranjero en Chile
Ricardo Montero (32) es uno de los más de 490 mil venezolanos residentes en el país. Se desempeña como Jefe de Criadero en Agrícola Santa Lucía desde hace un año y medio. Actualmente vive en una casa que le proporcionó la empresa, lo cual agradece porque le permitió formar un hogar. Destaca: “la empresa me ayudó mucho entregándome una casa donde vivir y empezar a construir mi espacio, porque cuando llegué no tenía más que mi maleta. En lo profesional, los desafíos siempre están como en cualquier sistema de producción. En Maxagro cada vez que he tenido una idea, algo por cambiar o mejorar, han estado ahí para ver cómo lo hacemos, cómo lo solucionamos, facilitando todas las herramientas”.
Elizabeth Salazar (34) también es venezolana. Se desempeña como Administrativa de Planificación y Logística de Congelado en Coexca desde hace cuatro meses. Lleva seis años en Chile y actualmente vive con su esposo e hijo de tres años y su madre. Sobre los desafíos de su puesto de trabajo comenta que “al principio me costó aprender a usar los sistemas, ya que eran diferentes a los que había trabajado en otras empresas. Pero el equipo es muy colaborador y abierto a enseñar, por lo que me siento a gusto. Me he adaptado muy bien y rápido”.
Javier Carrillo (35) llegó desde Colombia hace 11 años. Se desempeña como Operario de Despacho hace cuatro años en una sucursal de Agrosuper en Arica. Vive con su esposa chilena y sus cuatro hijos y agradece al país el haberle permitido formar un hogar: “Le agradezco a Dios y a Agrosuper porque logré estabilidad. Vengo de familia inmigrante. Mi mamá era española, mi padre colombiano. Tengo hermanos noruegos. Viví muchos años en Europa viajando de un lado a otro hasta que llegué aquí. Construí mi familia y logré estabilidad personal y económica”.
Establecerse en un lugar nuevo implica también adaptar valores, costumbres y formas de trabajo al nuevo país. En este sentido, Ricardo comenta que “cuando llegas a un lugar donde la cultura es distinta, debes plantearte cómo fusionar esas diferencias en función de lo que la empresa y el trabajo exige. Mis expectativas al venirme a Chile siempre fueron altas y me he sentido muy cómodo en la empresa donde estoy porque he podido crecer profesionalmente. Algo que uno valora como extranjero es que una empresa te entregue un cargo de responsabilidad como el que desempeño, entonces uno dice: ‘no estoy en mi país, pero esto es lo que quiero, es mi sueño’”.
Por su parte, Elizabeth cuenta que “vivía en una ciudad más pequeña (Valencia – Venezuela) y llegué a Santiago, ciudad con mucho movimiento, por lo que me costó un poco adaptarme. Vine a Chile buscando un nuevo estilo de vida, por lo que estaba consciente que yo era quien debía adaptarme. En el ámbito laboral, puedo decir que el recibimiento, la paciencia y buena disposición en las capacitaciones e inducciones en Coexca, me hicieron sentir a gusto. A esto sumo que me han valorado como persona y profesional. Puedo decir que después de seis años viviendo en Chile, me siento como en mi hogar”.
En el caso de Javier uno de los mayores desafíos que enfrentó fue salir de Chile por problemas de salud de su madre, quien vivía en Dinamarca: “Tuve que dejar el país y el volver me significó empezar de nuevo. Estuve en varios trabajos, fui auxiliar de buses y en uno de los viajes a Antofagasta postulé a Agrosuper. Entonces, tenía el inconveniente de que mi familia estaba en Arica. Gracias a Dios la empresa me facilitó el traslado de sucursal”.
ChileCarne es consciente de estos y otros desafíos y busca contribuir a superarlos. “Todos los trabajadores extranjeros participan de inducciones y capacitaciones para poder hacer el trabajo requerido, con especial dedicación en prevención de riesgos. A aquellos con menos experiencia, se les comienza dando un trabajo más sencillo con un tutor que los guíe y supervise. Y en el caso particular de los haitianos, se les asigna un traductor para recibir instrucciones”, explica Jaime Bascuñán.
Víctor Valera concuerda con el gran desafío que es el idioma y agrega: “Además de manejar español, el conocer la normativa chilena es fundamental para hacer bien el trabajo. En Agrosuper tenemos el proceso interno ‘Súper Futuro’, en donde se entrena y forma, por ejemplo, sobre leyes chilenas. Además, se imparten módulos de formación para todos los trabajadores sobre excelencia operacional y mejora continua”.
Por su parte, Rolando Rojas, comenta que “creemos que la contratación de migrantes es un fenómeno que seguirá profundizándose y será cada vez más frecuente que las personas se desplacen en busca de mejores oportunidades. Por lo mismo, las empresas debemos estar abiertas y preparadas para incorporar a personas de distintos orígenes, sobre todo en compañías con fuerte vocación exportadora”.