Iansagro, con el apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), desarrolla pruebas para la primera producción de camote agroindustrial más austral del mundo ubicado en la comuna de Parral, región del Maule. Propuesta que tiene como objetivo la diversificación productiva y ser una alternativa a la remolacha azucarera, uno de los principales cultivos de la Agricultura Familiar Campesina en el territorio. Se espera, con esta iniciativa, tener 500 hectáreas de camote en alianzas productivas y los usuarios de la agricultura familiar campesina de las comunidades rurales.
En Chile no se produce camote de forma masiva, solo existen algunos cultivos a pequeña escala en el secano costero e importaciones desde Perú. Por este motivo, la empresa Iansagro ha desarrollado diversas pruebas para adaptar algunas variedades a la realidad y condiciones climáticas de nuestro país, lo que permitiría abrir paso a una alternativa para los agricultores remolacheros de la Región del Maule.
El coordinador del proyecto, Gustavo Gómez, destacó que “estamos probando la condición más austral para la adaptación del camote, ya que es un cultivo que se da en suelos más cálidos como los de Perú y la zona de Entre Ríos, Argentina. Inicialmente hicimos la internación a través del Vivero a Los Olmos del material genético de las plantas, las multiplicamos in vitro y ahora estamos en fase de engorda. Lo probaremos con distintos métodos de riego tecnificado, aplicación de fertilizantes nitrogenado y formas de cultivo acorde a las zonas productivas, para identificar la variedad que mejor se adapte al territorio, tenga mayor rendimiento y mejores resultados como producto”.
En esa línea, la directora ejecutiva de FIA, Francine Brossard, relevó que “se trata de producción a nivel industrial y el desarrollo de un paquete tecnológico completo, con mayor mecanización y de alto rendimiento de manera que sea una alternativa interesante de exportar y rentable para los agricultores de las AFC, quienes producían remolacha en la zona. Además, es una planta que puede resistir los efectos del cambio climático, agregando valor al cultivo y siendo un aporte a la seguridad alimentaria”.
Diversificación productiva
Una de las producciones principales de la Región de Maule es la remolacha, debido a su importancia para la zona, son cientos los agricultores ligados al rubro. Sin embargo, las proyecciones que presenta el camote son prometedoras y por sus características se considera una opción real de diversificación productiva.
“La idea es primero obtener un alto rendimiento para que sea atractivo para el agricultor y también debemos producir pulpas de exportación, para lo cual la agroindustria requiere grandes volúmenes de materia prima. A nivel de ensayos hemos alcanzado alrededor de 40 toneladas por hectárea. Por este motivo, en condiciones de campo, aspiramos a rendimientos superiores a 20 toneladas por hectárea”, mencionó el coordinador del proyecto, Gustavo Gómez.
Los resultados actuales son alentadores, siendo una excelente alternativa a los cultivos tradicionales, debido a que Iansagro ha trabajado a nivel de campo con nueve variedades cuya producción es factible en la zona norte y sur de la región del Maule. Además, se puede producir camote de forma orgánica porque sus requerimientos hídricos, de fertilización y presencia de plagas son bajos. Sumado a esto, cabe añadir que permite la mecanización pudiendo adaptar todo lo que se ha hecho en otros cultivos industriales. Respecto a la época de cosecha se encuentra entre los 120 y 150 días después de trasplante.
Alimento saludable
Para finalizar, debemos destacar que el camote no solo presenta características favorables para su producción. También, es considerado un superalimento que, por su alto valor nutricional, ofrece muchos beneficios a la salud del ser humano, siendo ideal para la alimentación infantil y de adultos mayores.
En esta línea, es un alimento rico en carbohidratos, proteínas, lípidos, antioxidantes, aminoácidos y vitaminas (A, B6, C), propiedades que previenen el envejecimiento, mejoran la vista, mantienen la integridad de la piel y aumentan la leche materna en las mujeres que están en etapa de lactancia. Además, ayudan a combatir distintas enfermedades como estrés, hipertensión, diabetes, cardiovasculares, incluso algunos tipos de cáncer.