El alza en el valor de los alimentos sería una de las consecuencias directas del cambio climático, así lo afirmó el académico de la Universidad de Talca, Roberto Jara, quien es especialista en economía agraria.
“A nivel mundial, debido al cambio climático y la variabilidad climática, que incluyen no solo la sequía sino también las inundaciones, se observa en este último año una reducción en el stock de los principales alimentos. Esto implica no necesariamente que disminuya la producción, pero sí que aumenten los precios, y eso es un problema que afecta principalmente a los países de menos recursos”, explicó el profesor de la Facultad de Ciencias Agrarias.
En nuestro país, esta situación se refleja en un cambio en los usos del suelo agrícola. De acuerdo a Jara, los datos que presenta el Ministerio de Agricultura indican que en los últimos 10 años se observa una disminución en la superficie de siembra de cultivos anuales de un 27%, situación similar a lo que ocurre con las hortalizas.
“Existe un aumento en los rendimientos, pero esto no es suficiente para compensar la baja en las plantaciones. Sospechamos que hay una menor producción de alimentos”, precisó el especialista. Y agregó que “esta situación -en parte- es atribuida al cambio climático, principalmente a la sequía, y otros factores como el mercado y la falta de disponibilidad de mano de obra”.
En cuanto a las proyecciones del rubro agrícola, Jara aseguró que los cultivos más vulnerables son los menos tecnificados, como son los anuales y las hortalizas. “Se proyecta que sigan disminuyendo en los próximos años debido, principalmente, a la disponibilidad de agua. Marcando una diferencia en relación a los frutales, donde la tendencia es al alza en su superficie”, indicó.
Nuevo escenario agrícola
Estas nuevas situaciones dadas por el cambio climático a nivel mundial deberán enfrentarse a través de un trabajo multisectorial, considerando por ejemplo el incremento en el precio de los alimentos.
“La variabilidad climática no sólo genera incertidumbre en los rendimientos de los cultivos, sino que también incertidumbre en los mercados, por lo que se espera que aumenten los precios. Por ello hay que considerar aspectos institucionales desde la academia y el sector privado, para generar estrategias tanto de fomento, como la extensión de la investigación, que sea focalizada en solucionar los problemas del cambio climático”, subrayó.
Además, aseguró que se deben “hacer cambios tecnológicos, generar mayor investigación y recursos. Y desde el sector público y privado fortalecer la producción de alimentos”, concluyó.