Zapatos, zapatillas y mochilas son implementos indispensables para el regreso a clases. Por eso, su elección no puede ser al azar o siguiendo la moda, ya que son accesorios de uso diario para los estudiantes, que incluso podrían repercutir en su salud si no son los apropiados para ellos.
Rodrigo Beltrán, Director de Carrera de Kinesiología de UDLA Sede Viña del Mar, entrega algunas recomendaciones para que los padres puedan considerar a la hora de comprar. El académico comenta que estos elementos “deben ser útiles y funcionales desde el bienestar en salud, principalmente en relación con su uso correcto y armónico, procurando no solo que sean cómodos, sino que también eviten malestares y dolencias a futuro en los estudiantes”.
Zapatos:
Como mínimo, deben tener una holgura de un centímetro de la longitud total del pie. La plantilla debe ser blanda para una mayor comodidad y confort, tanto al caminar como al estar parado. Privilegiar materiales como el cuero por sobre los sintéticos, pues duran más, favorecen una mayor adaptabilidad del pie y una adecuada respiración, evitando la humedad. El zapato no debe oprimir el pie y la punta debe ser amplia para mayor comodidad de los dedos.
Zapatillas:
También deben tener al menos una holgura de un centímetro del total del pie, además de un sistema de ventilación idóneo, reforzamiento de talón y tobillo y, en lo posible, con planta flexible, permitiendo una caminata armónica y una óptima práctica deportiva.
Mochilas
El académico explica que, según la Organización Mundial de la Salud, la carga a trasladar en una mochila no debiera sobrepasar entre el 10% y 15% del peso corporal del niño o adolescente. Por ello, la mochila debe elegirse acorde con su estatura y peso para que la distribución de cargas sea homogénea. Debe contar con ventilación, tirantes y zona de soporte a la espalda acolchados, sistemas que brindan mayor comodidad en el traslado del peso. Priorizar mochilas con dos tirantes para los hombros, pues la que tienen uno pueden distribuir de manera desigual el peso, generando molestias en la espalda. Hay mochilas que incluyen una correa con broche en la cintura que ayudan con la distribución del peso. Las mochilas con ruedas son buena opción, pues al arrastrarlas facilitan el transporte de los útiles escolares sin sobrecargar el peso en la espalda.
Lonchera
En el caso de los estudiantes que almuerzan en el establecimiento educacional, también hay que considerar la disponibilidad de una lonchera. El académico recomienda que esta debe ser parte de la mochila para lograr una distribución unificada del peso, ya que, al usarse de manera separada es probable que en el tiempo la persona genere compensaciones musculares por la carga irregular del peso transportado.
Signos de alerta
La presencia de dolor e inflamación plantar al finalizar un extenso día de uso del calzado son signos que deben llamar la atención, así como también la sudoración excesiva, lesiones en el pie o infecciones por hongos, para las que se debe consultar a un especialista.
Sobre las consecuencias que se puede sufrir si no se hace una elección apropiada o buen uso de una mochila, están los cambios postulares, que podrían desencadenar descompensaciones musculares o escoliosis, sobre todo de persistir el uso continuo de distribución dispar de cargas. Ante la presencia de dolor (principalmente en hombros y espalda), inflamación, cansancio permanente, cambios postulares sostenidos y notorios, es fundamental visitar un médico especialista.