En pleno verano, con el aumento significativo de las temperaturas a causa de la crisis climática; los incendios son tristemente protagonistas en estas fechas.
Lo vivido hace algunos días en la Región de Valparaíso es un urgente llamado a trabajar evitando situaciones como éstas. ¿Qué medidas se deberían tomar para prevenir este tipo de catástrofe? ¿Se puede evitar que estos voraces incendios arrasen con todo? ¿Existen métodos que no dañen el ecosistema?
Entre las estrategias más conocidas se encuentra el uso de cortafuegos, que pueden hacerse de diferentes maneras. Una de ellas, y que ha demostrado ser altamente eficaz, es el pastoreo controlado, una alternativa frente a los cortafuegos que se hacen a través de químicos o quemas que continúan dañando el medioambiente y aportando CO2 a la atmósfera en vez de dejarlo en el suelo.
“Mientras las cabras pastorean en un sector determinado, consumen la vegetación que podría transformarse en un combustible para el incendio, creando un cortafuego natural. Además las cabras al pisotear y remover la vegetación también ayudan a disminuir la cantidad de combustible disponible en caso de incendio y van fertilizando el terreno con sus deposiciones para esté más apto para la retención de agua en el suelo” explica Rocío Cruces, quien junto a su pareja, Víctor Faúndez, implementan esta innovadora técnica en su predio, ubicado en la comuna de Santa Juana.
Gracias a esta metodología, pudieron evitar que el gran incendio del verano pasado – que quemó el 55% de la comuna- arrasara con su terreno.
Buena Cabra: se puede prevenir
Rocío y Víctor adquirieron un predio en la comuna de Santa Juana donde existía un pequeño bosque nativo. Su intención fue construir su hogar ahí y un lugar donde pudiesen hacerse actividades deportivas respetando la naturaleza. Lo llamaron “Bosques de Chacay”. Pero el año 2017, se vieron amenazados por un incendio, que no alcanzó a llegar a su terreno.
Frente a esto, decidieron buscar maneras de prevenir y protegerse de estos siniestros. “Investigamos y encontramos que en países como Canadá, España, Australia y Estados Unidos se hace cortafuegos con rebaños de cabras para mantener la maleza baja y disminuir el riesgo o la intensidad de los incendios” explica Rocío.
Así nació “Buena Cabra”, iniciativa que utiliza cabras para eliminar vegetación seca y arbustos, reduciendo así la acumulación de material inflamable, destacando por su enfoque sostenible y respetuoso con el entorno natural, contribuyendo a la conservación de la biodiversidad y promoviendo prácticas agrícolas sostenibles.
Para Rocío, es muy importante no seguir contribuyendo con la destrucción del planeta sino buscar métodos ecológicos ya que “muchos de los cortafuegos que se implementan actualmente se hace a través de químicos, que afecta a todo el ecosistema, tanto la flora y fauna. Esta metodología no. Además, las cabras llegan a zonas poco accesibles”.
En diciembre del 2023, Buena Cabra se adjudicó el Fondo Común Regenerativo de Fundación Lepe con el que esperan poder compartir su metodología de prevención de incendios con la comunidad de Santa Juana.
Antonia Madrid, coordinadora del Programa explica que “este proyecto fue uno de los seleccionados por la innovación de la propuesta, así como también por buscar generar redes locales entre sociedad civil, el Estado y los privados para la prevención de incendios forestales. El proyecto, además, cuenta con un marcado carácter colaborativo y comunitario, involucrando en todas sus acciones a las juntas de vecinos, escuelas, campesinos de Santa Juana, así como también a la Universidad de Concepción y del Desarrollo”.
“En momentos como estos, es esencial que como comunidad nos unamos para prevenir y mitigar los efectos de los incendios forestales. La colaboración entre residentes, autoridades locales y organismos de emergencia es clave para superar estos desafíos y construir un entorno más seguro y resistente. Esa fue nuestra intención al postular a Fondo Común: masificar esta metodología para que podamos evitar los incendios que hoy, a causa de las altas temperaturas provocadas por la crisis climática, son pan de cada día” comenta Rocío.