Como contexto, el Subdepartamento de Epidemiología perteneciente al Departamento de Epidemiología y Auditoría Médica del Hospital Regional de Talca (HRT) detalló que durante el año 2023 se observó que la población más afectada por virus respiratorios correspondió al grupo preescolar y lactantes (1 a 4 años), mientras que en lo que va del 2024, el grupo etario más afectado es el que comprende los 15 y 54 años.
De hecho, el 2023, el virus de mayor circulación fue el Virus Respiratorio Sincicial (VRS), llevando a un aumento en las consultas pediátricas y hospitalizaciones por esta causa, lo que condujo al HRT a la conversión de camas críticas infantiles. Mientras que ahora, año 2024, el agente con mayor circulación corresponde al virus Influenza A (59,7%), seguido del Rinovirus (23,6%) y Adenovirus (5,9%), entre otros de menor prevalencia.
A TENER PRESENTETeniendo en cuenta que aún no se presentan los días más crudos del invierno, el Dr. Sergio Jaime, especialista broncopulmonar Adulto del HRT, explicó en detalle la situación actual.
“La predominancia es hacia el virus Influenza A y Rinovirus en segundo lugar, relegando al SARS CoV 2. Esto se une a las descompensaciones propias de los pacientes respiratorios crónicos, es decir, los pacientes asmáticos, descompensados por los mismos virus respiratorios o por la presencia de climas adversos como el frío, las lluvias intercurrentes que hacen que aquellos pacientes con patologías obstructivas crónicas como los fumadores con EPOC o los asmáticos propios como tal, se descompensen más frecuentemente por los cambios de temperatura, por obstrucción derivado del mismo frío”, indicó el especialista.
¿CUÁNDO ACUDIR A LA URGENCIA?
La Influenza o más conocida como gripe, se caracteriza por síntomas conocidos como: dolor de cabeza, malestar general, dolores musculares, fiebre en una primera instancia bastante alta, incluso hasta los 40 grados.
“Esa puede llegar a ser en la primera etapa de la enfermedad, y los clásicos síntomas de coriza, congestión nasal, que tiene una duración limitada, probablemente 7 a 10 días, con una evolución a la mejoría, causada por los subtipos A y B principalmente”, sostuvo el Dr. Jaime.
Enfatizó el médico del HRT que “la fiebre siempre por lo general es al inicio y después tiende a desaparecer, por lo tanto, uno de los criterios para ir a la urgencia o cuándo consultar al médico, es cuando el cuadro viral se prolonga más allá de una semana y empieza a empeorar hacia la segunda semana, sobre todo si aumenta la dificultad respiratoria. Porque puede ser indicio de una neumonía viral o incluso de una superinfección bacteriana, que requiere antibióticos”.
Pero explicó el médico, que en el caso de los adultos, hay que poner especial atención cuando la persona debuta “con una fiebre muy intensa y con dificultad respiratoria severa, es decir, cuando hay utilización de músculos accesorios, hundimiento de las costillas, del cuello para respirar y cuando el paciente está confuso, indicador de disminución de oxígeno. También tener especial cuidado con los respiratorios crónicos, con fibrosis pulmonar, EPOC por tabaquismo, asma bronquial, bronquiectasia, y en general cualquier patología respiratoria que requiera inhaladores o incluso oxígeno en domicilio, puesto que pueden tener una peor evolución de la enfermedad”.
¿CUÁLES SON LAS MEDIDAS DE PREVENCIÓN?
Para el médico es muy importante que la población comprenda que los grupos de riesgo (niños y niñas desde los 6 meses hasta 5° básico, personas de 60 años y más, embarazadas desde cualquier semana de gestación, enfermos crónicos desde los 11 hasta los 59 años) deben vacunarse contra la Influenza.
“Uno debe tener medidas instauradas como: vacunación anti Influenza, anti Covid, en los adultos mayores antineumocócicas, con la idea de evitar el advenimiento de enfermedades graves respiratorias, puesto que estas vacunas no evitan que se infecten con los virus, pero sí disminuye la intensidad de los síntomas y probablemente no van hacer neumonía”, enfatizó.
Existen otras medidas muy importantes como el lavado de manos frecuente, evitar el contacto con pacientes enfermos, los hacinamientos, ventilar los espacios durante el día, que los pacientes crónicos sean adherentes a los tratamientos propios de sus patologías, y el uso de mascarillas está recomendado, sobre todo en lugares muy concurridos.