Justo un día después de que el Consejo del Banco Central fijara la tasa de interés en un 7% para hacer frente a la fuerte inflación que afecta al país, la nueva presidenta del instituto emisor Rosanna Costa entregó el Informe de Política Monetaria (IPoM) de marzo ante la Comisión de Hacienda del Senado, advirtiendo que la inflación bordearía los niveles cercanos al 10% a mediados de este año.
El Informe señala que esta mayor inflación sigue respondiendo al excesivo incremento del gasto de los últimos meses, debido al aumento de liquidez, lo que está teniendo efectos significativos en las familias.
«Los riesgos son importantes y el Consejo hará todo lo necesario para que la inflación converja a la meta», dijo Costa.
Agregó que «recuperar los equilibrios macroeconómicos al menor costo posible va a requerir del mayor rigor y fortaleza en el análisis e implementación, no solo de la política monetaria, sino que de todas las políticas públicas con impacto macroeconómico. Las señales que ha dado la autoridad gubernamental respecto a la importancia de la disciplina fiscal y de la conveniencia de concentrar los esfuerzos en aquellos sectores de la población más rezagados y no en políticas de impulsos generalizado apunta nítidamente en esa dirección».
El Informe estima que la economía crecerá entre 1% y 2% este año, y entre -0,25% y 0,75% en 2023, mientras que en 2024 se expandiría en torno a su potencial, entre 2,25% y 3,25%, lo que difiere de las expectativas.
Asimismo, señala que los datos de fines de 2021 y comienzos de 2022 apuntan a que la economía ya estaría en una senda de reducción de los elevados niveles de gasto del año pasado, proceso que está ocurriendo a una velocidad algo más rápida que lo previsto.INFLACIÓNsubir
El Informe del Banco Central indica que la inflación ha seguido aumentando, acercándose a 8% anual. Todos los componentes del IPC mostraron variaciones anuales al alza, destacando el rápido aumento del IPC subyacente de bienes, que pasó de alrededor de 5% a mediados de 2021 a cifras en torno a 9% a inicios de 2022.
En el documento se detalla que el significativo impulso al gasto durante 2021 sigue siendo el principal determinante del alza de la inflación. Su impacto se ha acentuado en un escenario donde las presiones de costos han sido significativas y han seguido aumentando. Las cadenas de distribución global aún no logran recuperarse de los efectos de la pandemia y, entre otros factores, siguen presentando disrupciones debido al alza de los contagios de Covid-19 y la política de tolerancia cero de China.
Agrega que el aumento de la inflación local ha ido más allá de lo previsto en diciembre, resaltando que la mayor parte de la sorpresa se ha concentrado en el componente subyacente del IPC, donde se ha registrado un mayor aumento de los bienes, mientras que una parte menos relevante proviene de los precios de alimentos y de los combustibles incluidos en su componente volátil.
El documento indica que la inflación anual del IPC tendrá un rápido descenso a partir de la última parte de 2022, ubicándose en torno a 3% para comienzos de 2024. El descenso de la inflación se verá intensificado por un retroceso en los precios de la energía y algunos alimentos. La inflación subyacente, en cambio, tendrá una reducción más pausada, más influida por la reversión de la brecha de actividad. Con todo, también se situará en torno a 3% para inicios de 2024.
En IPom, el BC destaca un escenario donde los impactos de la guerra en Ucrania adquieren características mucho más nocivas sobre la economía. En esa situación se podría gatillar una desaceleración más severa o incluso una recesión mundial, además de un empeoramiento significativo de las condiciones financieras, particularmente para países emergentes.