El movimiento Amarillos por Chile encabezado por Cristián Warnken emitió una declaración en la que se declaran en “Alerta máxima” debido a las normas aprobadas por la Convención Constitucional y que, a su juicio, “en algunas materias se ha sobregirado e ido a los extremos en vez de buscar propuestas consensuadas y sensatas”.
El texto es el siguiente:
Amarillos por Chile nació como una iniciativa ciudadana, de personas cercanas o pertenecientes al centro, la centroizquierda y la izquierda democrática, con un llamado a no defraudar la esperanza que la inmensa mayoría de los chilenos depositó en la creación de una Nueva Constitución, esperanza que se manifestó de manera rotunda y clara en el resultado del Plebiscito de entrada.
Partimos siendo 75 ciudadanos que firmaron el Manifiesto Amarillos por Chile, hoy somos casi 31.000.
Desde febrero, hemos levantado nuestras Alertas Amarillas, advirtiendo sobre algunas propuestas de las comisiones que han confundido la sentida necesidad de transformaciones profundas que los chilenos quieren, con refundaciones desde cero, que la mayoría de los chilenos no quiere.
Hemos apostado por la esperanza, porque el trabajo de la Convención termine bien, proponiendo una Constitución que de verdad una a los chilenos en vez de dividirlos, una Constitución nacida del diálogo y los grandes acuerdos. Todos sabemos que las mayorías son transitorias, y quien es mayoría hoy podrá ser minoría mañana. Y las únicas Constituciones que duran en el tiempo son las que nacen de esos grandes acuerdos.
Por eso, no se trata de hacer una Constitución de izquierda o de derecha, sino una Constitución para todos y todas. El presidente Boric dijo que no necesitábamos una “constitución partisana”: esta, hasta ahora, es una Constitución partisana, altamente ideológica, en la que han primado las ideas de una izquierda más dura, despreciando y no incorporando las propuestas no sólo de la centroderecha sino tampoco las de la centroizquierda.
Lamentablemente, con el correr de las semanas, nuestra esperanza se ha ido transformando en decepción.
Por eso, Amarillos por Chile nos declaramos en Alerta máxima.
¿Por qué se han aprobado artículos en el Pleno que, en vez de unir al país, lo van a dividir aún más, que en vez de fortalecer al Estado lo van a debilitar, incluso están poniendo en peligro la idea de Chile como un Estado-nación, tal como lo hemos ido construyendo los chilenos desde su independencia en 1810?
Nos parece que la Convención en algunas materias se ha sobregirado e ido a los extremos en vez de buscar propuestas consensuadas y sensatas.
Un solo botón de muestra: se acaba de aprobar hace un par de días en el pleno un autogobierno al 12% indígena de la población, derecho a escaños reservados en todas las instancias y cuerpos elegidos (municipalidades, Cores, congreso, etc.) violando así el principio esencial a toda democracia de un ciudadano, un voto. Acaban de enterarse los chilenos y los chilenos que su voto no vale lo mismo que el de otros chilenos y chilenas.
Y se ha dado el estatuto de nación a los pueblos originarios.
Una cosa es promover la dignidad, reconocimiento de los pueblos originarios y de sus derechos, otra cosa muy distinta es decir que son naciones, facultados para legislar como quieran, organizarse como quieran, e impartir justicia de la manera que ellos quieran. Los pueblos originarios serán ahora naciones con autonomía política y jurisdiccional equivalentes a un Estado: ellos podrían perfectamente declarar que en sus territorios no rige la ley chilena ni puedan ingresar ni actuar las fuerzas de orden público o cualquier otra institución del Estado.
Amarillos por Chile proponemos como alternativa a esta propuesta radical y extrema, el reconocimiento constitucional a los pueblos originarios, respeto por su cultura, lengua y costumbres y también escaños reservados, pero en proporción al número de votantes. Creemos y sentimos que los pueblos originarios son parte de nuestra esencia como nación.
Lamentamos que la mayoría del Pleno de la Convención haya aprobado, en cambio, una propuesta tan extrema, poco adecuada a nuestra propia realidad.
Amarillos abogamos, además, por un Estado descentralizado, regional y comunal, creemos que el centralismo ha sido malo para Chile, pero existen alternativas mejores a éste que las propuestas en la Convención, que abre una verdadera “Caja de Pandora” de muchas autonomías que pueden terminar desmembrando al Estado.
Si se les presenta una Constitución sobregirada a un extremo, con este tipo de propuestas muchos chilenos y chilenas van a decir No, como lo dijeron en el Plebiscito de 1980, en contra del dictador, porque los chilenos son profundamente democráticos y porque no quieren un país debilitado y fragmentado. Este nuevo texto Constitucional está, hasta ahora, pecando del mismo vicio de la Constitución del 80, cuando se quiso imponer un modelo fuertemente ideologizado al país, pero esta vez de signo inverso.
Si se presenta al país una Constitución así, y aunque ganara el Apruebo, pero no con amplia mayoría como en el Plebiscito de entrada, sería una victoria pírrica: una Constitución que defraude la esperanza nacida de un amplio Apruebo. Una derrota disfrazada de victoria.
La única victoria verdadera es la de un Chile unido, diverso, inclusivo y democrático.
Los Amarillos -como millones de chilenos- decimos NO a estos artículos recién aprobados y diremos NO a todo lo que no respete los principios de una Constitución para todos y todas, democrática, en que Chile siga siendo Chile.
Nos declaramos en estado de profunda alerta y reflexión, y acompañaremos a los chilenos en las semanas que vienen, insistiendo en que no nos coloquen en el dilema de elegir entre una Constitución que ya rechazamos (la Constitución vigente) y una nueva Constitución mal hecha y no representativa de una amplia mayoría. ¿Por qué los chilenos y chilenas tendrían que resignarse a eso?
A pesar de estas malas noticias, Amarillos por Chile seguiremos apostando por la Esperanza de una nueva, pero buena Constitución para Chile.
Amarillos por Chile
Marzo del 2022.