El sur de Chile vive un escenario complejo en materia energética. A pesar de que el país lidera en energías renovables en Latinoamérica, con cerca de un 70% de su matriz limpia, la mayor parte de esa generación se concentra en el norte del país. El traslado de esa energía hacia el sur está limitado por la capacidad de transmisión, lo que obliga a la zona a depender de centrales hidroeléctricas afectadas por la sequía y, en muchos casos, de diésel, una alternativa mucho más costosa.
“Las restricciones de transmisión y la menor disponibilidad de agua han generado un escenario de precios altos en el sur. Esto golpea directamente a industrias intensivas en consumo eléctrico como la salmonicultura, la forestal, la agropecuaria y las sanitarias”, explica David Mejías, consultor en energía de Negawatt, firma especializada en soluciones de eficiencia energética.
Según el especialista, este contexto ha acelerado la adopción de medidas para reducir el consumo y optimizar los procesos. “Hoy, proyectos como variadores de frecuencia en bombas y compresores, sistemas de control de refrigeración e iluminación, y plataformas de monitoreo en tiempo real permiten obtener ahorros inmediatos y con inversiones menores”, agrega.
En distintos sectores productivos del sur ya se han visto resultados concretos. Diversas compañías han visto que la sustitución de equipos puede llegar a reducir el consumo en un 25%, mientras que la implementación de un sistema de gestión de energía permite identificar más de 80 oportunidades de mejora.
Para Mejías, el desafío es que más empresas adopten esta visión estratégica. “El mayor impacto en eficiencia se logra cuando las decisiones de inversión se evalúan considerando el ciclo de vida completo de los equipos, no solo el costo inicial. Con una mirada de largo plazo, es posible capitalizar ahorros y aumentar la productividad”.
El consultor advierte que, de cara a los próximos años, la eficiencia energética será esencial para sostener el desarrollo económico. “No existe espacio infinito para instalar renovables: la tierra compite entre usos productivos y energéticos. Por eso, la única vía sostenible es consumir mejor. En la medida que las empresas fortalezcan sus sistemas de gestión, aparecerán nuevas oportunidades y se consolidará un mercado más robusto en esta área”, concluye.