Los negocios de barrio en Chile cumplen un rol más allá del acceso cercano a productos de primera necesidad, indudablemente, son parte de la vida de los chilenos y pilares de nuestra identidad y esencia comunitaria. Comúnmente, lugares donde los vecinos se encuentran, conversan, fortaleciendo las relaciones locales y humanas a final de cuentas. Y no solo eso, según el Servicio de Impuestos Internos (SII), además representan el 40% de las ventas del país, aportando a la economía nacional.
Durante los últimos años, la expansión de estos establecimientos ha sido notable. De acuerdo con la Cámara Nacional de Comercio (CNC), entre 2018 y 2022 el número de almacenes y minimarkets ha aumentado en un 18%, reflejando una resiliencia de los pequeños empresarios como el valor que estos negocios tienen para sus comunidades, especialmente en tiempos de desafíos económicos.
A fines de 2023, el catastro del SII estimaba un total de 146 mil pequeños comercios operando a nivel nacional, generando más de 400 mil empleos directos, según ha consignado el centro de estudios Smartcity Lab de la Usach. En muchos casos, se trata de un negocio o una inversión familiar, que considera el acondicionamiento de las casas habitación como lugares de venta al por menor, en espacios que generalmente no superan los 20 metros cuadrados.
La oferta es diversa, de ellos, el 96% ofrece principalmente abarrotes, alimentos envasados y golosinas, el 94% cuenta con productos de limpieza, el 88% vende pan y embutidos y el 87% cuenta con bebidas y/o alcohol. Hoy en día no solamente es posible comprar bienes básicos, sino también retirar dinero en efectivo, recargar la tarjeta Bip!, además de pagar cuentas de servicios como autopistas, internet, gas, seguros, créditos, universidades, recargas telefónicas, e incluso más allá.
Una nueva oportunidad para el negocio
Se espera que las ventas online crezcan un 5% a finales de este año, lo que significa que la demanda de soluciones logísticas ágiles y eficientes no hará más que aumentar. En este contexto, surge otra oportunidad para los comerciantes de barrio, que les permite no sólo abastecer a la comunidad sino que, además, operar como un punto clave para la entrega y recepción de envíos. Se trata de los Pick Up Drop Off, más conocidos como PUDOs. Puntos de acogida y entrega de paquetería que junto con optimizar el tiempo a los clientes que envían o esperan encomiendas, generan un ingreso extra a los comercios y atraen más personas a sus locales.
Una de las empresas que ha implementado este modelo es Starken, la que a través de una aplicación móvil integra a la tienda convirtiéndola automáticamente en un PUDOs de la red de la compañía, optimizando los tiempos de los clientes que envían o esperan encomiendas, mientras los dueños de los pequeños comercios atraen más personas a sus locales. Adicionalmente, a los asociados de la red Starken se otorga soporte en línea y una impresora especial para agilizar la emisión de etiquetas.
A nivel global, redes de PUDOs similares ya están siendo utilizadas por empresas como Amazon y DHL, respondiendo a una problemática creciente en el mundo del comercio electrónico: más del 10% de los envíos online no llegan a su destino en la primera entrega. Enigma que se resuelve, siendo el usuario quien recibe o emite su paquetería a conveniencia.
Rodrigo Prida, gerente general de Starken, explica que para los comerciantes “formar parte de la red “Soy Starken” no sólo trae el beneficio de un mayor flujo de clientes a sus negocios, sino que también los convierte en socio estratégicos de la compañía, y les proporciona una nueva fuente de ingresos, mejorando la posición financiera de las pymes”. Para sumarse a esta red los interesados pueden visitar el sitio web www.starken.cl/sucursales.