Alrededor de 10 días estuvieron más de 120 alumnos de la Universidad Católica de Santiago realizando labores de construcción en la comuna, cuyo propósito es entregar mejor dignidad a familias que más lo necesitan.
25 años cumplió este proyecto de acción social de la Universidad Católica de Santiago que ha recorrido diferentes comunas de la región del Maule entregando mejores condiciones de vida a familias más vulnerables.
Los estudiantes que tuvieron la oportunidad de estar en la comuna estas vacaciones de invierno, agradecieron el apoyo de la Ilustre Municipalidad de Longaví por la logística entregada lo que les permitió concluir con éxito la construcción de 10 viviendas sociales.
La máxima autoridad comunal, Cristián Menchaca, felicitó a los estudiantes de la carrera de Ingeniería Comercial por “estar en nuestra comuna realizando labores sociales con tanto cariño y entusiasmo, por eso el día de hoy le realizamos unos regalos y un reconocimiento por haber estado acá, conociendo a nuestra gente y viendo otras realidades, y me pone muy contento que estos jóvenes se vayan con el corazón llenito de haber cumplido con sus propósitos, pero también de haber compartido con vecinos sus alegrías y tristezas, y ese es el valor de “La Obra”, que es un proyecto con sello social, y con una experiencia inolvidable para cada uno de los estudiantes”.
María José Yacoman, estudiante de la carrera de Ingeniería comercial, señaló que, “ha sido grandísimo poder estar acá, las 10 familias que fuimos apoyar en estos diez días se portaron increíble con nosotros, nos recibieron desde el día uno con los brazos abiertos, fueron familias que ya habíamos visitado en ocasiones anteriores, habíamos venido en mayo y luego en junio para concretar la vista de julio, y movilizara a los más de 120 estudiantes que vinimos a construir las viviendas, fue muy especial porque es el año de aniversario, son 25 años de proyecto y por lo mismo quisimos innovar con viviendas mucho más dignas que le permita a las familias expandirse rápidamente, vienes con separación de interiores, y ocho viviendas son de 22 metros cuadrados y a las otras dos son 36 metros cuadrados, lo que ayuda también con el grado de hacinamiento que tienen las familias más vulnerables”.
Finalmente, los estudiantes agradecieron la experiencia vivida, señalando que el vínculo que se genera con las familias es lo más satisfactorio de los proyectos que realizan.
“Es una experiencia única de construir en conjunto con la familia, el sueño de la vivienda propia, es un privilegio poder aportar, ayer lloramos hartos por los logros obtenidos porque sin duda es una alegría enorme, y nos llevamos a Longaví tatuado en nuestros corazones”, expresaron.