TALCA.- Se acerca la celebración de Navidad y aunque este 2020 podría ser diferente a los otros años, debido a la pandemia por COVID-19, los niños esperan su regalo de manos del “Viejito Pascuero”. ¿En qué fijarse a la hora de comprar los juguetes? Especialistas de la Universidad de Talca, entregaron algunas recomendaciones para evitar los componentes tóxicos que se pueden esconder en diversos productos y que podrían causar daños a la salud.
“Los juguetes de plástico (PVC) podrían contener componentes dañinos para la salud, sobre todo de los niños y niñas que son mucho más vulnerables a estos tóxicos que los adultos ya sea por exposición, contacto con la piel o en el caso de los más pequeños quienes suelen llevarse los juguetes a la boca”, comentó Carla Toro, académica del departamento de Bioquímica Clínica e Inmunohematología de la Universidad de Talca.
En esta misma línea agregó que “en los juguetes los elementos más dañinos son los plásticos que causan diferentes alteraciones. En la literatura se describen que los juguetes pueden tener elementos tóxicos como: Ftalatos, PVC, Bisfenol A, entre otros”, comentó.
Respecto a los Ftalatos, la profesora dijo que algunas investigaciones apuntan a que se trata de disruptores endocrinos que pueden terminar con graves problemas en el aparato reproductivo y en la fertilidad, además de ser carcinógenos. En el caso del Bisfenol A, provoca enfermedades hormonales o trastornos en el metabolismo, que podrían derivar por ejemplo en problemas de obesidad. En los metales pesados como plomo, esta descrito que provoca problemas de aprendizaje, de conducta y retraso mental.
Según mencionó la académica, el plástico fue introducido como elemento para dar liviandad y resistencia a los juguetes. La gran mayoría de plásticos se fabrican a partir del petróleo, un recurso no renovable, extracción y refinamiento del cual se tiene una importante huella ecológica.
Cabe mencionar que también en los juguetes se ha encontrado la presencia de metales pesados, solventes y colorantes para hacerlos más atractivos. Además del líquido. “Los juguetes que contengan soluciones liquidas pueden contener compuestos derivados de los hidrocarburos aromáticos del benceno como por ejemplo el tolueno. Mientras que en los juguetes coloreados se pueden encontrar sustancias como el mercurio y plomo como otros elementos que pueden ser el BPA (bisfenol A). Estas sustancias son muy inflamables y de gran toxicidad”, aseguró Diógenes Hernández, profesor del Instituto de Química de los Recursos Naturales de UTalca.
Fijarse en las etiquetas
Son variados los aspectos a considerar a la hora de adquirir un juguete, según los expertos es fundamental fijarse en las etiquetas que éstos contienen para tener más claridad respecto al origen y elaboración del producto.
“Que los padres compren juguetes que son seguros para los niños y que no se dejen llevar por comprar juguetes que no se sabe muchas veces bien su procedencia y la composición que poseen, especialmente en comercio establecido y que lean bien las etiquetas de estos porque muchas veces cuando un juguete cumple con la normativa presenta sellos de calidad”, aseguró Hernández.
La etiqueta debe entregar información con letra legible como la información del fabricante o importador, sus componentes, país de origen, edad recomendada para su uso, advertencias en la manipulación e indicaciones si el producto es inflamable, tóxico o posee piezas pequeñas. “Si traen componentes tóxicos o no se describe la información es relevante descartar el juguete”, afirmó la especialista.
Además de leer las etiquetas, otras de las recomendaciones serían las siguientes: “Comprar en lugares establecidos, no en la calle. Que el juguete sea para la edad del niño o niña, que no presente piezas metálicas que pudiese ocasionar cortaduras, que no presente piezas que se desprendan fácilmente y pueden ocasionar atragantamientos en los y las infantes, que no presente acceso fácil a las pilas y verificar que no dejen residuos de pintura al tomarlos”, puntualizó Toro.