El Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), autorizó 99 plaguicidas en Chile que fueron prohibidos con anterioridad por parte de la Unión Europea. Según la Pestice Action Network, 40 son “altamente peligrosos”.
Misma definición que otorgó el ingeniero agrónomo y experto en Comercialización y Mercados Agrícolas de la Universidad de Santiago, Luis Sáez. “Es muy preocupante, los pesticidas son agentes elaborados para matar, ya sea insectos, hongos u otras plantas. Afectan a las plantas que se desea eliminar, pero también afectan plantas deseadas, a los insectos benéficos, como por ejemplo las abejas y conocidas ‘chinitas’ que cumplen un importante rol en la producción de alimentos”.
“Estos elementos químicos, suelen permanecer en el suelo por muchos años, desde ahí, pueden ser absorbidos por las plantas y, por ende, consumidos por los humanos. También, algunos pesticidas quedan en las praderas, que son el alimento de las vacas y con eso pueden depositarse en la carne y leche, y posteriormente consumidos por los humanos”, complementó. Bajo ese punto, afirmó que, a mediano y largo plazo, en los humanos se han detectado grandes problemas, como enfermedades cancerígenas, problemas reproductivos y malformaciones en los recién nacidos.
También dijo que otro grave problema es lo que se denomina “tiempo de carencia”, donde se requiere un determinado tiempo para que el producto se pueda consumir por las personas. “Por ejemplo, si un agricultor necesita vender su producción o decide hacerlo para aprovechar una oportunidad de mercado (precios altos por ejemplo), es posible no espere todos los días recomendados desde que se aplicó el producto hasta la cosecha, incluso, algunos asumen que si por ejemplo al producto le faltan algunos días para cumplir con el período de carencia, como se supone entre que lo cosechen y llegue al consumidor final van a pasar esos días, entonces de igual manera hacen la cosecha, lo que es una total irresponsabilidad”.
A pesar de que los pesticidas, en el mejor de los casos, sean evaluados positivamente en otros países, para el académico no es extrapolable directamente a nuestro país. “Las condiciones climáticas, especialmente de temperatura, precipitaciones y viento, el tipo de cultivo, la conformación del cultivo, las denominadas rotaciones de cultivo (los cultivos que se van sembrando en el mismo potrero), el destino de ese cultivo, entre otras, hacen que los efectos nocivos puedan ser totalmente diferentes”.