Salir al parque, hacer senderismos, correr o caminar en temporada de invierno, pareciera ser un plan poco atractivo para el esparcimiento o la actividad en familia. Las bajas temperaturas incitan a quedarse en casa y procurar estar protegidos en lugares correctamente calefaccionados. Sin embargo, mantener la regularidad de la actividad física, independientemente de las estaciones del año, se ha convertido en una recomendación de salud pública para conservar por más tiempo una adecuada calidad de vida en todos los grupos etarios.
Sobre las consecuencias de la inactividad física asociada frecuentemente a los períodos estacionales de frío, fue consultado el Dr. Aldo Martínez, director de la carrera de Kinesiología y el programa de Magíster en Deportes y Actividad Física de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma de Chile, quien sostiene que la inactividad física reduce los pronósticos de calidad de vida de los sujetos. Asimismo, se ha demostrado una relación directa con el aumento en la frecuencia de reagudizaciones inflamatorias en patologías crónicas del aparato locomotor, por ejemplo, artrosis, provocando dolor en sus tejidos intra y extra articulares, tales como músculos y tendones.
En este sentido, el académico hace un llamado a tomar conciencia sobre los beneficios en la salud de mantenerse físicamente activos e insta a aunar esfuerzos para la promoción de la práctica regular de ejercicio independiente de los períodos estacionales.
¿Qué es la actividad física?
Martínez cita la declaración de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que define la actividad física como “cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que requiere un gasto de energía. Considera deportes que se pueden practicar en cualquier nivel como: caminar, andar en bicicleta, recreación activa y juegos diversos”.
La indicación o recomendación son 150 minutos de actividad física de intensidad moderada por semana en la edad adulta y la vejez. Sin embargo, según datos de la OMS, uno de cada cuatro adultos no son lo suficientemente activos y este dato puede variar según la zona geográfica.
Por ello, se considera que la ausencia de políticas para resguardar eficientemente la implementación de la actividad física regular en todos los grupos etarios es un problema global que contribuirá a la epidemia de la obesidad y el aumento de las tasas de morbilidad y mortalidad en sujetos con enfermedades crónicas.
Condicionantes
El académico especialista en actividad física, calidad de vida y práctica deportiva, señala que se han identificado múltiples barreras que modulan la participación de los sujetos en los diversos programas de promoción de actividad física, como lugar de residencia, accesibilidad a las instalaciones, características socioeconómicas, estilo de vida, envejecimiento de la población, patologías previas, creencias, valores y la estacionalidad, definida esta última como los “períodos naturales que tiene el año: primavera, verano, otoño e invierno”.
Martínez refiere que dicha barrera es considerada un factor de causalidad en el incremento de las tasas de mortalidad en personas mayores.
“También se ha visto que la adherencia a la práctica de actividad física, en períodos de estaciones frías, disminuye en sujetos con Enfermedades Pulmonares Obstructiva Crónica, conocidas como EPOC, y con insuficiencia cardiaca, impactando también su capacidad funcional”, explica.
La práctica
En los últimos años los programas de promoción de la actividad física se han incrementado en todo el mundo y con ello la discusión acerca de los impedimentos para su práctica, lo cual incluye las variables estacionales.
A juicio del kinesiólogo, esta información será relevante para adaptarse, reducir o, inclusive, detener el impacto adverso en las poblaciones de sujetos con bajos niveles de actividad. “Ser consciente de la relación funcionalidad-actividad física-estacionalidad puede ayudar a la formulación de políticas de salud, y a los profesionales vinculados con el ejercicio a implementar mejores estrategias para mitigar sus efectos”, subraya.
Para asegurar que la realización de actividad física afecte favorablemente la condición funcional del sujeto deben considerarse sugerencias como comenzar el ejercicio de manera progresiva, hidratarse constantemente, utilizar vestimenta deportiva que permita la ventilación y evite la acumulación de calor en el cuerpo, realizar sesiones de flexibilización previo y posterior al ejercicio y realizar actividad física con una frecuencia entre tres a cinco veces por semana.