Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año 15 millones de personas sufren un Accidente Cerebrovascular, de las cuales 5 millones fallecen y otros 5 millones quedan permanentemente con algún tipo de discapacidad.
Es una urgencia de tiempo que mientras antes la persona reciba la atención de salud, mayores son las posibilidades de sobrevivir o quedar sin secuelas.
Por esto, cada 29 de octubre, se conmemora el Día Mundial del Accidente Cerebro Vascular, oportunidad para reforzar las medidas para prevenir la enfermedad y detectar los signos de alerta para actuar a tiempo.
Al respecto, Macarena Yusta, Encargada del Programa Cardiovascular de La Seremi de Salud explicó que existen dos tiempos de ACV, “El más frecuente es el isquémico, que se produce por un bloqueo del flujo normal de sangre hacia el cerebro. También, está el hemorrágico que, si bien es menos frecuente, pero es más letal, y se produce cuando se rompe un vaso sanguíneo en el cerebro, originando un derrame”.
Además, la profesional indicó cuáles son los síntomas más comunes a los cuáles se debe estar alerta. “Los 3 síntomas más comunes de un ACV son la pérdida de la fuerza en un brazo o en una mitad del cuerpo, la parálisis de la mitad de la cara, y la dificultad para hablar o hacerse entender. Cualquiera de estos 3 síntomas, si se produce de manera repentina, nos debe hacer pensar en un Accidente Cerebro Vascular”. Señaló.
¿Cómo actuar frente a síntomas de un ACV?
Frente a la presencia de 1 o más de estos 3 síntomas, se debe llamar inmediatamente al número de emergencias del SAMU (131) o acudir al servicio de urgencias HOSPITALARIO más cercano, para poder recibir a tiempo el tratamiento que corresponda.
Medidas de prevención:
Al respecto, la nutricionista Macarena Yusta, destacó las principales recomendaciones para prevenir el Accidente Cerebrovascular:
– Controlar la presión arterial y recibir tratamiento médico para normalizarla si es que se encuentra elevada. Mantener controles de salud al día.
– Alimentación saludable: consumir menos sal y menos alimentos altos en calorías, azúcares o grasas. Aumentar el consumo de frutas y verduras.
– Practicar actividad física regularmente (1 hora, 3 veces por semana, según los requerimientos de cada persona).