A finales de febrero, la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente publicó un informe en el cual aborda en extenso la problemática sobre incendios forestales en el mundo, estudio sobre el cual reflexiona el investigador del Centro de Secano de la Universidad Católica del Maule (UCM) Dr. Antonio Cabrera. Según el informe, a nivel mundial aumentarán los incendios extremos de hasta un 14 % para 2030, un 30% para 2050 y un 50 % a fin de siglo.
¿Qué reacción tiene frente al informe publicado al inicio de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en Nairobi el 28 de febrero?
Lamentablemente es un tema que, a los que nos dedicamos directa o indirectamente a los incendios forestales, no nos sorprende. Como bien se señala en el informe, el riesgo que representan los incendios forestales para las personas y el medio ambiente está aumentando debido a numerosos factores, incluido, entre otros, el cambio climático. Un incendio forestal resulta de una interacción compleja de factores biológicos, meteorológicos, físicos y sociales que influyen en la probabilidad de que se produzca. Su propagación e intensidad, duración y extensión, y su potencial para causar daños a las economías, el medio ambiente y la sociedad es variable en función de los factores antes señalados. En todo el mundo, muchos de estos factores (clima, prácticas de uso y gestión de la tierra y demografía) están cambiando y, por lo tanto, el riesgo de incendios forestales en muchas regiones también está cambiando. Ahora se producen incendios en regiones que anteriormente no sufrían, en definitiva, el riesgo está aumentando.
¿Cómo se han comportado los incendios forestales en Chile históricamente? ¿Se sigue la tendencia mundial?
Para ver el comportamiento de los incendios forestales en Chile se pueden consultar las estadísticas que la Corporación Nacional Forestal tiene al respecto. En las siguientes figuras, se muestran la ocurrencia nacional histórica (1941 – 2021), donde se aprecia un aumento en cuanto al número de incendios. Sin embargo, como se aprecia en la figura donde se detalla la superficie afectada en hectáreas, no hay un aumento en el tiempo de la superficie afectada, salvo el año 2017, donde excepcionalmente se quemaron casi 600.000 hectáreas. Esto tiene, desde mi punto de vista, una explicación sencilla, y es que, aunque cada vez se producen más incendios, también se destinan más y mejores recursos a la lucha contra los incendios forestales, de ahí que no haya una tendencia al aumento en cuanto a la superficie afectada.
¿Es Chile un país vulnerable al aumento de las temperaturas o tiene la capacidad de adaptarse a este cambio?
Todos los países son vulnerables al aumento de las temperaturas, y está por ver la capacidad de cada uno para adaptarse al cambio. Hay algunos países que se están reparando y tomando medidas al respecto. Personalmente, creo que Chile tiene la capacidad de adaptarse al cambio, y, de hecho, en enero de 2020 se inició el proceso de tramitación en el Senado del Proyecto de Ley Marco de Cambio Climático. Con fecha 12 de octubre de 2021, la Sala del Senado aprobó y despachó el proyecto de ley en primer trámite constitucional, con lo que el proyecto fue enviado a la Cámara de Diputadas y Diputados, donde cursó el Segundo Trámite Constitucional y fue despachado el 19 de enero de 2022. Pero además de la legislación respectiva, debe haber una concientización de los chilenos al respecto, e intentar ser proactivos y no reactivos, en este caso en particular, el ser reactivo puede significar que vamos un poco tarde.
¿Qué tan crítica es esta situación en Chile y cuáles son los principales impactos que se ven hoy? Y de mantenerse esta tendencia ¿Cuáles serán los efectos en las próximas décadas en Chile?
Al día de hoy la situación es crítica debido a que, si no consigues controlar un incendio a tiempo, éste se puede descontrolar, y dependiendo de las condiciones de humedad, temperatura, viento, etc. podríamos volver a tener casos como el denominado incendio de “Las Máquinas” en 2017, donde se quemaron más de 180.000 hectáreas. De mantenerse esta tendencia, los incendios forestales producirán graves daños ambientales por la destrucción de la cubierta forestal, muerte y huida de animales, la pérdida del suelo fértil, avance de la erosión, desaparición de ecosistemas, aumento en las emisiones de CO2 a la atmosfera y desertificación.
¿Estamos preparados en Chile para nuevos megaincendios? ¿Desde su mirada, están siendo correctas las acciones para remediar esta problemática en Chile?
Lamentablemente para un megaincendio nunca se está totalmente preparado, el hecho de que se produzca significaría que no se ha podido controlar con los medios disponibles. Recordemos, que en el año 2017 se tuvo que hacer uso del avión Supertanker, el más grande que había en el momento en la lucha contra los incendios. Las acciones para remediar la problemática se pueden realizar desde diferentes perspectivas (gobierno, población, CONAF… etc.), pero personalmente, pienso que todo pasa por la prevención, el incendio más fácil de extinguir es el que no se produce.
¿Cómo desde la UCM se está aportando en esta temática?
Pues desde el Centro del Secano UCM, en particular, se está ejecutando el proyecto FIC “Identificación de modelos de combustible mediante la integración de imágenes Radar de apertura sintética y multiespectral para el manejo y prevención de incendios forestales”. Pensamos que la integración de nuevas tecnologías proporcionará información estratégica para la prevención y control de incendios forestales. Las diversas combinaciones de estas tecnologías permiten obtener información diferente a partir de modelos de combustible a diferentes costos, escalas y precisión. La información del modelo de combustible, integrada con información adicional derivada de modelos digitales de terreno, estructura de masas y análisis multiespectral, permite cartografiar el índice de riesgo del posible incendio, permitiendo evaluar la mejor alternativa en cada caso. Además, es posible planificar la reducción de estos índices de severidad (Silvicultura preventiva). Por otra parte, el uso integrativo de las tecnologías de teledetección permite recoger información estratégica previa que será útil en procesos de extinción (balsas, caminos, condiciones de carreteras, zonas de seguridad, etc.).