Especialistas en salud pública llaman a tomar precauciones ante el aumento en la circulación viral debido a las intensas precipitaciones que afectaron a la zona centro – sur del país, dejando diversos anegamientos y deslizamientos de tierra (o barro) generando una situación crítica para damnificados en diversos lugares que han sido calificados como zonas de catástrofe por parte del gobierno.
En este sentido el decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma de Chile y ex subsecretario de redes asistenciales, Dr. Luis Castillo, indicó que “en general las enfermedades se asocian a catástrofes climáticas con aumento de los niveles pluviométricos, pero fundamentalmente, y debido a la generación de inundaciones donde el barro es lo que abunda, lo que más constatamos son enfermedades respiratorias y bronquiales, fundamentalmente en los niños. A esto se suman la gripe común y enfermedades virales pulmonares, influenza A o influenza B. Otro punto importante es que, en caso de contraer alguna infección cutánea, especialmente en zonas donde hay mucho barro involucrado, hay que tener especial cuidado ya que pueden llegar a aparecer infecciones dermatológicas de diversa índole, sin descartar incluso hongos”, indicó el también ex coordinador nacional de camas críticas, durante la pandemia, del Ministerio de Salud.
Por su parte la jefa de la unidad de Salud Pública de la Universidad Autónoma de Chile y ex ministra Vocera de Gobierno, Dra. Karla Rubilar, destacó que “nos encontramos en una situación adversa porque ya la red asistencial estaba saturada por la alta circulación viral de este año y sin lugar a dudas se verá mayormente estresada por las enfermedades asociadas a los damnificados entre las regiones de Valparaíso y Biobío. En ese sentido las acciones inmediatas que debe tomar la autoridad de salud es revisar la situación de la red asistencial, especialmente en aquellas zonas del país donde hubo colapso en su infraestructura u otros. Así también deberán reforzar la atención primaria y activar el programa de vacunación para las personas y voluntarios en estos territorios: hablamos de la vacuna anti influenza, anti hepatitis A en los menores de 40 años, la vacuna neumocócica a mayores de 65 años, la vacuna antimeningocócica y vacuna antitetánica. Estas son algunas de las medidas que deben tomarse a la brevedad, junto con mantener la comunicación de riesgo a la población”, manifestó la profesional y académica de Medicina de la Universidad Autónoma de Chile.