Como cada 1 de mayo, este año se conmemora el Día del Trabajador, una fecha que a pocos días de celebrarse las elecciones para Convencionales Constituyentes, insta a analizar cuáles son los contenidos que deben ser expresados en la nueva Carta Magna de Chile, para garantizar condiciones de trabajo dignas para los chilenos y chilenas.
El candidato a constituyente por el Distrito 17 – Maule Norte, quien se presenta por la Lista del Apruebo, Rodrigo Poblete Reyes, señala que la nueva Constitución “debe fijar pisos mínimos”, que posteriormente permitan que la legislación laboral se adecue a los nuevos estándares en la materia, derivados de acuerdos fijados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y los pactos internacionales a los cuales se ha suscrito el país.
La manera cómo la actual Constitución ha tratado la materia laboral es “deficitaria”, a juicio del también abogado constitucionalista, quien sostiene que la Carta Fundamental vigente se refiere al derecho a la libertad del trabajo, pero poco habla del derecho a la protección del trabajo, sin sumar los vacíos existentes sobre el componente sindical.
La oportunidad de redactar una nueva Constitución para Chile representa entonces un espacio para superar viejos esquemas del Plan Laboral, que favorecen al empleador y son obstáculo para la creación de instancias que atiendan a realidades maulinas como: bajos salarios, informalidad laboral y condiciones propias de la actividad de temporada.
“Como maulinos tenemos que reconocer esas realidades y vivencias que requieren atención y tribuna en el debate constituyente, entendiendo que el detalle de la materia laboral va a estar entregado en la legislación… Será fundamental que en los diagnósticos territoriales para la redacción de la Constitución se recojan esas realidades, para que así sintamos que esas respuestas que estamos dando a través de la nueva Constitución, son respuestas acordes a nuestras necesidades y demandas”, explica Poblete.
Superar el Plan Laboral
Para Poblete, en este proceso se debe entender el trabajo desde una perspectiva “distinta al esquema de Plan Laboral de la dictadura”, cuyos pilares siguen vigentes.
Se requiere reconocer las diferentes dimensiones del trabajo en la vida de las personas, no sólo desde la perspectiva de las remuneraciones y condición de trabajo, sino también entender la importancia de este en la vida de las personas y el desarrollo de su personalidad.
“En esa línea debemos concebir el deber del Estado de promover el acceso al trabajo para todas las personas que están en edad y condiciones de hacerlo y de garantizar ciertas condiciones mínimas aplicables a todos los rubros en los que debe desempeñarse el trabajo, lo que nos permita terminar con distinciones ficticias que están amparadas solamente en ficciones jurídicas, como por ejemplo las grandes diferencias que viven hoy las personas que trabajan a honorarios, respecto de las que trabajan con algún contrato. Sabemos que prestan las mismas funciones, tienen las mismas obligaciones y a veces más y, sin embargo, no tienen ningún otro derecho más que recibir su sueldo”, detalla Poblete, para quien “existen varias grietas” que pueden ser solucionadas desde pisos mínimos establecidos en la nueva Constitución.
Dimensión colectiva
Es aún más notorio el retraso en materia sindical, sin perjuicio de las últimas reformas.
“La mejor garantía para más protección y equidad en el mundo del trabajo es la organización sindical. El mundo entero ha entendido que organizaciones sindicales fuertes, representan también mejores condiciones de trabajo para sus asociados”, comenta Poblete, para quien resulta injustificable que trabajadores del mismo rubro tengan distintos tratamientos y condiciones dentro de un mismo país.
Bajo el análisis del candidato a constituyente por el Distrito 17, la Constitución debe concebir el deber del Estado de promover la organización y acción colectiva de trabajadores, por un lado, y los necesarios puntos de encuentro con los representantes de los empleadores, por el otro, en línea con las obligaciones internacionales del Estado en esta materia, que hoy no se cumplen; así será posible fortalecer las relaciones colectivas del trabajo y que surjan desde allí las regulaciones más importantes para cada sector económico.