De vuelta con la buena nueva de la meta PIB de China en cuanto a crecer un 6%, y los impactos y/o beneficios que esto trae a nuestro país, es menester preguntarse cómo lo harán, cual es el camino o estrategia trazada para ello y ver a partir de lo visualizado por ellos, cómo se prevé el cruce con la realidad chilena.
No resulta lejano mencionar que el análisis de las problemáticas sociales y los desafíos que plantea un mundo cada vez más globalizado y vinculado, han movido al gobierno chino a generar una estrategia para el próximo quinquenio y que tiene como principales objetivos el elevar la calidad de vida, del desarrollo económico y que este disponga de las bases sólidas para ser sostenido y sano en el tiempo. Lo anterior, pone énfasis en los siguientes puntos; Primero, aumentarán su inversión en I+D en un 7%, teniendo presente que en el 2020 esta cifra alcanzó un 2,5% del PIB. En Chile, según el último presupuesto, los recursos destinados a I+D equivalen a la cifra que se presupuestaba en 2014. El presupuesto en Ciencia, Tecnología e Investigación está cayendo en términos reales 9,2% con respecto a 2020…
Segundo,reducirán sus emisiones de carbono un 18% al2025, con la disminución de costos operacionales y externalidades positivas que ello conlleva. En Chile, el uso de las ERNC superó la barrera del 20% en generación de energías y de la misma forma, se pretende al 2030 que esta cifra llegue al 70%, en medio de la salida acelerada de las centrales a carbón, que siguen representando más del 40%. Hoy, Chile es un referente a nivel global en el uso de ERNC, sobre manera por el desarrollo de fuertes inversiones en energía eólica y solar.
Tercero, el gobierno Chino se ha propuesto alcanzar un equilibrio básico en la balanza de pagos, disminuyendo el gasto fiscal, discusión vista también en nuestro país y en donde muchos proponen continuiar el crédito y otros, mantener los equilibrios fiscales. En Chile, este debate es tema de constante discusión.
Cuarto, en cuanto al tipo de cambio, el gigante asiático mantendrá estable su divisa, el yuan, que frente al dólar ha perdido un 6,8% de su valor en los últimos doce meses, además de evitar cambios drásticos en su política macroeconómica. En Chile, la tasa de cambio es flotante y alcanza máximos de $867,83 en 2020 y $741 en 2021.
Quinto, la autoridad China ha descartado la inyección de incentivos para 2021, anunciando el termino de los bonos por pandemia, porque entiende que la ayuda fue para los momentos más álgidos. Para ellos, parece ser tiempo de concentrarse en el crecimiento como motor de desarrollo…
Sexto, el gobierno chino implementará políticas para incentivar el consumo, pilar de cambio del modelo económico del gigante asiático en los últimos años, y que consiste en un plan caracterizado por el concepto de la circulación dual que tiene dentro de sus objetivos estratégicos expandir el consumo y el tamaño de la clase media, desplazando población de la pobreza hacia una clase media con mejor calidad de vida. En Chile, se ha visto un incremento sostenido de este estrato social, como lo demuestran las estadísticas del PIB per cápita y las cifras de organismos
internacionales. Queda tarea pendiente, por cierto, que falta aún más, pero el camino parece ser el correcto.
Séptimo, ante los problemas de envejecimiento de la población, se retrasará progresivamente la edad legal de jubilación, fijada en 60 para hombres y 55 para mujeres desde hace más de cuatro décadas. En Chile, los hombres se jubilan a los 65 y las mujeres a los 60, siendo este tema largamente debatido para aumentar la edad de jubilación y con ello mejorar las pensiones a través de una mayor acumulación de fondos.
Los siete puntos anteriores resumen los pilares de la Estrategia China Post COVID. Ante ello, es al menos procedente, indispensable y sano revisar los puntos de encuentro/desencuentro para con lo que estamos haciendo en Chile, en miras a coincidir en las buenas prácticas que el bien posicionado gigante asiático prevee impactar, en términos prácticos, en la economía y bienestar social del futuro próximo.