Cerca del 50% de los chilenos duerme menos del mínimo requerido, que son 7 horas de sueño. Este dato, sumado a que la “fatiga del sueño” se extiende hasta por cuatro horas después de levantarse, explicaría un buen porcentaje de los accidentes laborales de trayecto que se producen en el país, según un estudio realizado por los académicos de la Facultad de Psicología de la Universidad de Talca, Héctor Vargas y Emilio Moyano, trabajo que fue publicado en la revista científica BMC Public Health.
La investigación reveló que 1 de cada 4 accidentes de trayecto se relacionan con problemas en el sueño, es decir el 24% de estos incidentes se produce por dicho motivo. Esto incluye los accidentes de quienes conducen y todos los problemas de trayecto que tienen los trabajadores y trabajadoras que usan transporte público o privado y/o se mueven a pie, en bicicleta o vehículo motorizado.
“Pudimos concluir que los problemas de sueño se relacionan más con los accidentes en el trayecto que con aquellos que ocurren en el lugar de trabajo”, explicó el profesor Héctor Vargas, quien precisó que además este tipo de incidentes de trayecto tienden a ser más graves que aquellos que suceden en el puesto laboral, e implican la ausencia del trabajador por un mayor número de días en promedio y un mayor costo.
Así, los accidentes de traslado generan 26 días de ausentismo, mientras que aquellos ocurridos en el trabajo son responsables de 20 días de licencia. Además, el 40% de las muertes asociadas a accidentes laborales, corresponden a aquellos de trayecto. Además, Vargas subrayó que la cantidad de horas de trabajo semanal son un factor de riesgo: “más de 40 horas es un indicador riesgoso, como es el caso de Chile. Hay países como por ejemplo Holanda donde la jornada semanal llega a 36 horas”.
El psicólogo afirmó que la mayoría de estos accidentes ocurren durante la mañana, en un 70%, y solo un 30% cuando las personas retornan a sus hogares. Esto se explicaría por la llamada inercia del sueño, “que es el estado transicional de baja activación que tenemos cuando uno despierta en la mañana y que puede durar entre un minuto a cuatro horas, dependiendo si la personas han dormido bien o no. Si nuestra cantidad y/o calidad de sueño es baja, ese período va a ser más largo, por ello es un factor que influye”, planteó.
A esto se suman la presión laboral de llegar a la hora, cumplir los plazos, y sistemas de turnos, y también las condiciones adversas del tránsito como pueden ser las malas condiciones de calles y veredas, empujones en el transporte público y agresividad, entre otros aspectos.
Para elaborar el estudio, los académicos realizaron análisis de relación y regresión basados en las estadísticas oficiales de accidentes laborales con las que cuenta la Superintendencia de Seguridad Social y que incluyen todos los accidentes en el lugar de trabajo y los de trayecto que consideran que el trabajador dejó de asistir a su puesto de trabajo. Estos datos se contrastaron con la información de la Encuesta Nacional de Calidad de Vida, donde se reportan cantidad y calidad del sueño de los chilenos, lo que les permitió llegar a estas conclusiones.
Poco tiempo y mal dormir
Respecto al sueño, el artículo científico planteó que la mala calidad y baja cantidad de sueño es un problema creciente a nivel mundial, siendo los chilenos quienes tienen uno de los promedios más bajos en relación al tiempo que ocupan para dormir, lo que los sitúa en el límite de lo que se considera como saludable y como el país de América Latina con peor calidad de sueño.
“Siete horas es lo mínimo que debemos dormir para mantener una condición de salud adecuada y poder desarrollar de forma apropiada nuestras tareas”, señaló el profesor Vargas, quien agregó que al observar nuestro promedio de 7 horas y 8 minutos, esto significa que cerca del 50% de las personas duerme menos que el mínimo requerido.
“Esta accidentabilidad laboral en trayecto se vincula a esta variable en conjunto con la calidad del sueño. Hay una mayor posibilidad de tener accidentes cuando estas dos variables no son adecuadas”, afirmó.
Recomendaciones
De acuerdo al académico, estas problemáticas se encuentran invisibilizadas en el país, por lo que se debería partir con la toma de conciencia sobre esta situación para posteriormente realizar acciones que apunten a mejorar el sueño de los chilenos y con ello su salud y seguridad.
“Se debe tomar como un tema importante de salud pública, así también se deberían realizar campañas por parte de los organismos administradores y las empresas que permitan que el trabajador tome conciencia del problema y así ser más cuidadosos en nuestros desplazamientos”, sostuvo.